Brotes de sarampión en Canarias: alerta sanitaria y medidas preventivas

LA PALMA, ESPAÑA – La Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias ha confirmado la aparición de brotes de sarampión en la isla de La Palma, con tres casos verificados. Estos incluyen a un bebé de doce meses, un trabajador sanitario y otro menor de la misma edad que coincidió con el primero en un espacio cerrado. Además, se investiga un caso confirmado en Tenerife que podría estar relacionado con este brote inicial.

Desde la identificación de los primeros síntomas en el menor considerado caso índice, las autoridades sanitarias han activado protocolos de control y seguimiento de contactos para evitar la propagación del virus. En coordinación con la Gerencia de los Servicios Sanitarios de La Palma, se ha realizado un exhaustivo rastreo de todas las personas que estuvieron en contacto con los infectados. Un familiar de uno de los menores se mantiene en observación como caso probable, a la espera de resultados de laboratorio.

Medidas de prevención y vacunación

Las autoridades sanitarias canarias han hecho un llamamiento a la población para revisar el estado vacunal, especialmente en niños de cuatro años, para confirmar que han recibido las dos dosis de la vacuna. También se recomienda a las personas nacidas después de 1978 que no tengan constancia de haber sido vacunadas o de haber pasado la enfermedad, que consulten con su centro de salud. El personal sanitario, debido a su mayor riesgo de exposición y su papel clave en la prevención, debe asegurarse de contar con la inmunización completa.

Según el Gobierno de Canarias, durante 2024 se notificaron siete casos de sarampión, de los cuales cinco fueron importados o vinculados a personas llegadas desde fuera del archipiélago, y dos de origen desconocido. En lo que va de 2025, se han registrado dos casos adicionales, uno importado y otro sin fuente identificada, además de dos casos vacunales leves derivados de la inmunización infantil.

Contexto global y estadísticas

Desde antes del año 2000, la Región de África ha registrado un aumento del 900% en casos de sarampión, mientras que Europa ha visto un incremento del 120%. En contraste, la región de las Américas ha experimentado una reducción del 15% en los casos. Estos datos subrayan la importancia de mantener altas tasas de vacunación para prevenir brotes.

La vacuna contra el sarampión se administra en dos dosis: la primera a los doce meses y la segunda a los tres años, lo que garantiza una inmunización eficaz. El Ministerio de Sanidad recuerda que la vacuna triple vírica, que protege contra sarampión, rubeola y parotiditis, se incorporó al calendario vacunal en 1981, y la introducción de la segunda dosis en 1996 permitió reducir drásticamente los brotes en el país.

España y la eliminación del sarampión

En 2001, España se unió al plan de eliminación del sarampión impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que estableció como objetivos mantener altas coberturas de vacunación y reforzar los sistemas de vigilancia. Gracias a estas medidas, la OMS declaró a España país libre de transmisión endémica en 2017. Sin embargo, en los últimos años se han registrado brotes aislados vinculados a casos importados.

El sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa que se transmite por el aire a través de gotas respiratorias. Aunque suele ser leve, puede provocar complicaciones graves, especialmente en niños pequeños o personas inmunodeprimidas. La disminución de la confianza en las vacunas en algunos países europeos ha llevado a un repunte de casos, lo que resalta la necesidad de mantener la confianza en la vacunación.

El Gobierno de Canarias enfatiza que la vacuna es el método más seguro y eficaz para prevenir el sarampión. Mantener la confianza en la vacunación y acudir a los controles médicos programados sigue siendo la mejor forma de proteger la salud individual y colectiva.

Los motivos de la falta de vacunación incluyen la falta de acceso a servicios de salud de calidad, conflictos, desplazamientos y la información errónea sobre las vacunas. Estos factores subrayan la importancia de continuar promoviendo la vacunación como una herramienta esencial para la salud pública.