Israel y Palestina: Hacia una Paz Sostenible en Medio Oriente

Por EDY KAUFMAN

HAIFA, ISRAEL – Desde la cima del Monte Carmel, en la pintoresca bahía mediterránea de Haifa, se vislumbra una ciudad que, aunque compartida por árabes y judíos, refleja la complejidad de un conflicto que ha perdurado por décadas. Este 29 de noviembre de 2025, se conmemoró un aniversario más de la Resolución 181 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que en 1947 propuso la partición de Palestina en dos Estados, uno judío y otro árabe, con Jerusalén bajo control internacional.

El voto de 1947, influido por el contexto de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, fue un punto de inflexión. Con 33 votos a favor, 13 en contra y 10 abstenciones, la comunidad judía celebró lo que consideraba la legitimación de su independencia, mientras que los países árabes lo rechazaron, calificándolo como una Nakba o catástrofe, lo que desencadenó una serie de conflictos que han marcado a la región desde entonces.

Un Nuevo Capítulo en el Conflicto

El 17 de noviembre de 2025, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó casi por unanimidad la Resolución S/RES/2803, que acoge el Plan Integral para Poner Fin al Conflicto en Gaza. Esta resolución, que saluda la Declaración Trump para una Paz y Prosperidad Duraderas, ha sido respaldada por Estados Unidos, Catar, Egipto y Turquía. El acuerdo establece un cese del fuego y el intercambio total de prisioneros entre las partes.

El acuerdo también prevé la creación de un Consejo de Paz, encargado de supervisar el cumplimiento de los acuerdos y la reforma de la Autoridad Palestina (AP), conforme a los requisitos establecidos en 2020 por el presidente Trump y la propuesta saudí-francesa. Este desarrollo podría abrir un camino hacia la autodeterminación y la eventual creación de un Estado palestino.

Retos Políticos y Sociales

Israel ha aceptado este proceso con reticencia. El primer ministro Benjamín Netanyahu expresó su apoyo en una declaración en inglés, aunque enfrenta desafíos internos para mantener esta política dentro de su coalición de gobierno. Las elecciones previstas para finales de 2026 podrían adelantarse, ya que las encuestas actuales no aseguran una mayoría para la coalición gobernante.

Por otro lado, las elecciones palestinas, postergadas por más de dos décadas, también son un factor crítico en el desarrollo de este proceso. La posibilidad de una transición política en ambos lados presenta un panorama complejo y difícil de predecir.

El Rol de la Comunidad Internacional

Un paso importante para avanzar en este proceso sería que la Asamblea General de la ONU, siguiendo la recomendación del Consejo de Seguridad, admitiera a Palestina como miembro pleno. Actualmente, la AP participa como observador, una situación que muchos consideran ambigua. La sociedad civil en varios países está cada vez más involucrada en impulsar un estatus jurídico equitativo tanto para Israel como para un futuro Estado palestino.

La historia ofrece lecciones valiosas. Las Américas, que jugaron un papel crucial en el proceso que permitió que el antiguo pueblo judío se transformara en un país dinámico, podrían nuevamente ser fundamentales en un Oriente Medio en plena transformación. Como lo expresó un analista político,

“El camino hacia una paz con justicia requiere no solo de acuerdos políticos, sino de un cambio profundo en las percepciones y actitudes de las sociedades involucradas.”

En este contexto, el compromiso internacional y el apoyo a iniciativas de paz sostenibles son esenciales para construir un futuro donde israelíes y palestinos puedan convivir en armonía. La esperanza reside en que, a través de un esfuerzo conjunto, se logre una paz duradera que beneficie a todas las partes involucradas.