sáb. Jul 26th, 2025

BUENOS AIRES, ARGENTINA – La música no solo es un arte que deleita los sentidos, sino también una herramienta poderosa para mantener el cerebro joven y saludable. Un reciente estudio ha confirmado que tocar un instrumento musical puede ser crucial en la preservación de las habilidades cognitivas, incluso en la vejez.

En un mundo donde la longevidad cerebral se ha convertido en una preocupación creciente, tanto en investigaciones científicas como en la vida cotidiana, estos hallazgos ofrecen una nueva perspectiva sobre el envejecimiento saludable. La investigación, publicada en la revista PLOS Biology, revela que la actividad cerebral de los músicos mayores es comparable a la de personas jóvenes, lo que sugiere que la música podría ser una valiosa herramienta para combatir el envejecimiento mental.

La investigación: ¿Por qué los músicos mayores piensan como los jóvenes?

El estudio fue llevado a cabo por un equipo de científicos que utilizó resonancia magnética funcional (fMRI) para analizar los cerebros de 74 personas durante tareas de percepción auditiva en ambientes ruidosos. El grupo de estudio incluyó músicos experimentados de edad avanzada, adultos mayores sin formación musical y jóvenes sin experiencia musical.

Los participantes debieron identificar sílabas escondidas entre sonidos ambientales, un desafío cognitivo que tiende a volverse más difícil con la edad. Los resultados mostraron que los músicos mayores tuvieron un desempeño equivalente al de los jóvenes no músicos, superando claramente al grupo de adultos mayores que nunca practicaron música.

“Los cerebros de los músicos mayores mostraron patrones funcionales similares a los de personas jóvenes cuando debían interpretar estímulos sonoros en condiciones de ruido”, destacó el estudio.

Este fenómeno se atribuye a una mayor reserva cognitiva, que es la capacidad del cerebro para compensar el deterioro vinculado a la edad a través de circuitos neuronales enriquecidos por años de ejercicio musical.

Opinión de los especialistas: ¿Por qué la música beneficia al cerebro?

Los expertos coinciden en que el aprendizaje musical no solo implica memorizar partituras, sino que estimula múltiples áreas del cerebro, mejorando así la reserva cognitiva. Amit Sachdev, director médico del Departamento de Neurología de la Universidad Estatal de Michigan, explica que la educación continua y el aprendizaje, como ocurre al estudiar un instrumento, ayudan a mantener y crear conexiones neuronales robustas.

“Sabemos que para adquirir nuevas habilidades o idiomas es necesario fortalecer los lazos entre distintas áreas cerebrales. Creemos que esta densidad de conexiones contribuye a la resiliencia del cerebro frente al paso del tiempo”, explicó Sachdev.

Por su parte, Clifford Segil, neurólogo en Providence Saint John’s Health Center, señala que la composición y ejecución musical requieren la activación coordinada de múltiples regiones del cerebro. “Crear música supone conjugar armonías, ritmos y sonidos de forma dinámica y simultánea”, afirmó Segil.

Nunca es demasiado tarde para beneficiarse

Una de las conclusiones más alentadoras del estudio es que los beneficios de tocar un instrumento no dependen de la edad en que se comience. Los neurólogos remarcan que es posible obtener mejoras cognitivas incluso si se empieza en la adultez.

“La capacidad para traducir una partitura a sonidos implica la activación de áreas visuales, auditivas y de asociación”, explicó Segil. “Estas zonas pueden entrenarse tanto a los 13 como a los 73 años, y mantienen el cerebro saludable en cualquier etapa”.

Además, el disfrute y la socialización al practicar música potencian los efectos positivos en el cerebro y el bienestar emocional.

Más allá de la longevidad: Otros beneficios mentales de la música

El impacto de la música trasciende la prevención del deterioro cognitivo. Segil explica que al tocar un instrumento se ejercita la coordinación ojo-mano, la percepción auditiva y la integración con el ritmo, lo cual exige activar diferentes áreas cerebrales a la vez.

La lectura musical, similar al aprendizaje de una segunda lengua, requiere rutas cerebrales distintas a las usadas para la lectura tradicional, favoreciendo así la flexibilidad mental.

“No es necesario obligarse a aprender si no genera placer. Lo fundamental es practicar para apoyar el bienestar mental y emocional”, subraya Sachdev.

El estudio confirma que la música es mucho más que entretenimiento: se posiciona como una herramienta accesible para fortalecer el cerebro y conservar sus habilidades durante el envejecimiento. Nunca es demasiado tarde para empezar, ya sea recuperando una guitarra olvidada, cantando en un coro local o probando por primera vez con el piano. La ciencia respalda que cada acorde, cada nota y cada error pueden traducirse en conexiones más fuertes y una mente más resiliente a lo largo de los años.