Transformación de una casa abandonada: el proyecto viral de Yiyi Martínez

GENERAL ALVARADO, ARGENTINA – La extraordinaria aventura de Yiyi Martínez Pita y su familia comenzó en diciembre de 2023, cuando decidieron dejar atrás su hogar en Benavidez, Tigre, para mudarse a una casa de campo en General Alvarado que había estado deshabitada durante 25 años. Esta decisión, llena de retos y oportunidades, ha capturado la atención de miles en redes sociales.

“Fue un desafío monumental. Se caían las paredes, había telarañas, nidos de abejas en las ventanas y muchísima humedad por el encierro”, relata Yiyi. Sin embargo, lejos de desanimarse, vio el potencial de la propiedad y se propuso devolverle la vida, a su propio ritmo y con sus propias manos.

Un proyecto de transformación personal y comunitario

Yiyi y su esposo, Fernando Mendonca, no eran ajenos a los proyectos de renovación. En 2020, al recibir su primera casa “llave en mano”, descubrieron una pasión por la decoración que los llevó a abrir la cuenta de Instagram @inspirandoideas. Durante tres años, sus seguidores fueron testigos de cómo transformaban cada espacio, compartiendo un estilo accesible y demostrando que no se necesitan grandes lujos para crear un hogar con alma.

Esta experiencia previa fue fundamental para la nueva aventura en el campo. Fieles a la filosofía del “hazlo tú mismo”, la pareja se encargó personalmente de la pintura y la aplicación de revestimientos, documentando cada paso en historias y reels. “Lo que más le gustaba a la gente era ‘el antes y el después’ de cada ambiente”, comenta Yiyi.

Transformaciones sorprendentes: del “bañito del terror” al cálido hogar

El primer espacio que abordaron fue el living-comedor, el corazón de la casa. Las paredes, afectadas por la humedad, representaban el principal reto. Aunque el trabajo continúa, el cambio es notable: “Donde antes había un espacio oscuro y descuidado, hoy hay un ambiente cálido y acogedor”, detalla Yiyi.

La transformación más impactante fue la del “bañito del terror”. Sin cambiar un solo sanitario, lograron un cambio radical solo con pintura y decoración. “Fueron días de trabajo, de rasquetear nosotros con un ácido, y fue impresionante, quedaron como nuevos”, relata Yiyi.

El lavadero, a 70 metros de la casa, también recibió atención. Aunque estructuralmente falta mucho, el revoque y la decoración inicial ya han cambiado su impronta. La cocina, por su parte, espera su turno, ya que “se vive bien” tal como está.

Un cambio de vida: del bullicio urbano a la tranquilidad rural

La historia de Yiyi no siempre estuvo ligada al campo. Nacida entre Miramar y Mar del Plata, se mudó a Buenos Aires en 2005 para estudiar veterinaria. En 2008 conoció a Fernando, se enamoraron, se casaron y se instalaron en Tigre. Sin embargo, la idea de mudarse al campo siempre estuvo presente.

El punto de inflexión llegó cuando la familia creció y la casa de Tigre se hizo pequeña para seis personas. “Dijimos: ‘Es ahora o nunca’. No queríamos que siguieran pasando los años”, reflexiona Yiyi. La vida en el campo les ha regalado una crianza más conectada con la naturaleza, lejos de las pantallas, un aspecto que cautiva a sus seguidores.

En medio de esta nueva etapa, la familia sufrió la pérdida de Nicolino, su perro labrador. “Fue mi primer hijo”, cuenta Yiyi con emoción. Esta pérdida ocurrió mientras Yiyi celebraba su cumpleaños en Río de Janeiro, un momento que ella considera no fue casualidad.

Hoy, mientras continúan con las renovaciones, Yiyi mira hacia atrás sin arrepentirse. Aunque extraña la perfección de su casa de Tigre, la calidad de vida y las lecciones para sus hijos superan con creces el esfuerzo físico y emocional.