GRANADA, ESPAÑA – A tan solo tres días de enfrentarse al Mirandés, la atención en la ciudad de la Alhambra está lejos de centrarse en el próximo encuentro deportivo. En cambio, el ambiente está cargado de tensión y descontento hacia la gestión del Granada CF, con una afición decidida a manifestar su descontento y un director general, Alfredo García Amado, bajo el escrutinio por un posible conflicto de interés.
La situación en el club andaluz ha alcanzado un punto crítico. La sensación de abandono es palpable: un estadio en decadencia, seguidores descontentos y un equipo que ha pasado de luchar por regresar a la Primera División a fijarse como objetivo principal alcanzar los 50 puntos. Todo esto se desarrolla en un contexto de silencio por parte de la directiva, lo que ha llevado a la afición rojiblanca a tomar cartas en el asunto.
Protestas y cambios internos
En respuesta a esta situación, los seguidores del Granada han decidido organizar una manifestación antes del partido del domingo. Esta iniciativa busca llamar la atención sobre lo que consideran una gestión insostenible del club. La protesta es un reflejo del creciente descontento, que también se ha manifestado en cánticos contra la directiva en partidos anteriores.
Por otro lado, la plantilla del Granada ha decidido romper con la tradición de llegar al estadio en autobús. En su lugar, los jugadores acudirán a Los Cármenes en sus vehículos personales, un gesto que no ha sido bien recibido por la afición, que lo interpreta como una señal de desunión y falta de cohesión dentro del equipo.
Acusaciones de conflicto de interés
Para complicar aún más la situación, la emisora Onda Cero ha revelado que Alfredo García Amado, director general del club, está involucrado en actividades empresariales que podrían representar un conflicto de interés. Según la emisora, García Amado es administrador único de García Amado Consulting SL, una empresa que mantiene relaciones comerciales con Mesas Sport y Machiejo 1968 SL, lo que podría violar las normativas de LaLiga sobre incompatibilidades.
“No existe conflicto de interés alguno”, ha asegurado García Amado, defendiendo la “legalidad y transparencia de sus actividades empresariales al margen de su cargo en el club andaluz”.
El reto deportivo del Granada
Mientras tanto, el Granada CF enfrenta la tercera jornada como el último clasificado de la Segunda División, lo que añade presión para realizar movimientos estratégicos antes del cierre del mercado de fichajes. Mejorar el nivel competitivo del equipo es un desafío urgente para la entidad nazarí, que busca salir de la zona de descenso.
El futuro del Granada CF parece incierto, con una afición cada vez más impaciente y una directiva bajo constante escrutinio. La manifestación prevista y las acusaciones de conflicto de interés podrían ser el catalizador para cambios significativos en la gestión del club. Sin embargo, el tiempo corre y las decisiones que se tomen en las próximas semanas serán cruciales para el futuro del equipo tanto dentro como fuera del campo.