sáb. Ago 16th, 2025

PARÍS, FRANCIA – Un descubrimiento arqueológico en el corazón de París ha revelado un mensaje oculto del faraón Ramsés II, escondido durante siglos en el obelisco de la plaza de la Concordia. El egiptólogo francés Jean-Guillaume Olette-Pelletier, especialista en criptojeroglíficos, ha identificado al menos siete textos inéditos que podrían ofrecer nueva información sobre los primeros años del reinado de Ramsés II.

El obelisco, un regalo del virrey egipcio Mehmet Ali a Francia en 1828, es un vestigio del templo de Luxor. Según Olette-Pelletier, los jeroglíficos ocultos dentro de otros jeroglíficos han pasado desapercibidos hasta ahora. Este hallazgo podría revolucionar el estudio de la escritura y la historia del Antiguo Egipto.

Un descubrimiento durante la pandemia

El descubrimiento se produjo durante la pandemia de Covid-19, cuando Olette-Pelletier aprovechaba sus paseos diarios para observar el monumento. “Vivía en el distrito 8 en esa época, así que paseaba hasta el obelisco y leía los jeroglíficos para relajarme. En un momento dado, noté algo inusual: la orientación de los jeroglíficos señalaba hacia la entrada del pórtico del templo de Luxor”, explicó el egiptólogo.

Con la ayuda de binoculares, Olette-Pelletier pudo confirmar sus sospechas: el obelisco albergaba una compleja criptografía jeroglífica. Este tipo de escritura secreta, identificada en la década de 1950 por el canónigo y egiptólogo Étienne Drioton, solo puede ser interpretada por un reducido grupo de especialistas en todo el mundo.

La estrategia política de Ramsés II

Para verificar su hipótesis, Olette-Pelletier necesitaba examinar de cerca las inscripciones ubicadas a 30 metros de altura. La oportunidad llegó en 2021, cuando la Dirección Regional de Asuntos Culturales (DRAC) colocó andamios para restaurar el obelisco con motivo de los preparativos para los Juegos Olímpicos de 2024. Con un permiso especial, el egiptólogo ascendió hasta la cima del monumento y dedicó varios días a recoger datos.

Entre los hallazgos, Olette-Pelletier descubrió una escena que oculta jeroglíficos formando la frase:

“que el rey haga un sacrificio a Amón”.

Esta estrategia habría sido utilizada por Ramsés II para legitimar su poder, ya que no tuvo un nacimiento divino. En su segundo año de reinado, cambió su nombre de Usermaatre a Setepenre, vinculándose al dios Sol. “Esta modificación está grabada en el obelisco, lo que permite datar su tallado en dos fases: una antes del año 2 de su reinado y otra después”, señaló el investigador.

Implicaciones para el estudio del Antiguo Egipto

El egiptólogo logró identificar hasta siete niveles de criptografía en el obelisco. “Solo era visible desde un ángulo de 45 grados, probablemente para los nobles que llegaban en barco durante la fiesta de Opet”, aclaró. En la cara este, actualmente orientada hacia el norte de París, unas discretas astas de toro sobre la corona de Ramsés II conforman el símbolo del ka, representación de la fuerza vital.

Este hallazgo no solo ofrece un nuevo enfoque para entender la política y religión del Antiguo Egipto, sino que también abre nuevas vías de investigación sobre la escritura jeroglífica. La comunidad académica espera que estos descubrimientos puedan inspirar futuras investigaciones que desvelen más secretos del pasado.

Con el mundo académico atento a estos nuevos hallazgos, el trabajo de Olette-Pelletier podría marcar un antes y un después en la egiptología moderna, ofreciendo una comprensión más profunda de la complejidad cultural y política de uno de los faraones más emblemáticos de Egipto.