BUENOS AIRES, ARGENTINA – La ciencia ha demostrado que ciertos hábitos pueden ralentizar el envejecimiento biológico y mejorar la longevidad, desafiando así las nociones tradicionales de la edad. Un informe reciente destaca nueve prácticas respaldadas por la ciencia que podrían transformar nuestra comprensión del envejecimiento.
La edad biológica, que refleja el estado real del cuerpo, puede diferir notablemente de la edad cronológica, y, lo más importante, puede modificarse. Según Andrew Steele, científico y columnista de Science Focus, adoptar ciertos hábitos puede ayudar a ralentizar, detener o incluso revertir el envejecimiento biológico.
El Enfoque Moderno en la Longevidad
En el siglo XXI, la longevidad y el envejecimiento saludable son temas centrales en las conversaciones sobre salud y bienestar. Aunque la expectativa de vida ha aumentado, vivir más años no siempre significa mantener una buena calidad de vida física y mental. La investigación moderna ofrece estrategias concretas que permiten preservar la vitalidad y retrasar los signos del envejecimiento.
Los expertos subrayan que la edad biológica puede modificarse mediante cambios cotidianos respaldados por estudios. A continuación, se presentan nueve rutinas identificadas por la ciencia internacional para quienes buscan vivir más y mejor.
1. Mantener el Músculo
La conservación de la masa muscular a través de ejercicios de fuerza es fundamental. Desde los 30 años, la pérdida de músculo y fuerza avanza de manera sostenida.
El entrenamiento de resistencia fortalece huesos, mejora la regulación de la glucosa y contribuye a frenar el deterioro muscular propio de la edad avanzada.
Incluso a los 90 años, es posible duplicar la fuerza con solo dos meses de ejercicios.
2. Alimentación Saludable
Adoptar un patrón alimentario balanceado basado en vegetales, frutas, legumbres, frutos secos y cereales integrales es crucial.
Reducir el consumo de carnes y evitar dietas restrictivas extremas son pautas avaladas por la investigación.
Mantener un peso saludable es determinante para aumentar la expectativa de vida.
3. Higiene Bucal
La salud oral es crucial para la longevidad.
Quienes presentan menos caries y enfermedades de las encías muestran una menor incidencia de infartos.
La inflamación crónica causada por bacterias en dientes y encías puede acelerar el envejecimiento y facilitar enfermedades cardiovasculares.
4. Dormir la Cantidad Adecuada
La recomendación es dormir entre 7 y 8 horas cada noche.
Dormir menos de 4 o más de 9 horas se asocia con un mayor riesgo de muerte prematura.
Durante el sueño, el cerebro elimina toxinas y residuos, contribuyendo a proteger las funciones cognitivas a largo plazo.
5. Protección Ocular Frente a la Radiación UV
La exposición crónica a la radiación ultravioleta aumenta el riesgo de cataratas y degeneración macular. Proteger los ojos con gafas de sol y sombreros de ala ancha no solo mejora la salud visual, sino que también contribuye al mantenimiento de la función cerebral en la madurez.
6. Uso de Protector Solar
El daño solar acumulado deteriora el colágeno y otras proteínas cutáneas, promoviendo las arrugas.
La aplicación diaria de protector solar es la estrategia antienvejecimiento más accesible y eficaz.
Es importante incluso en días nublados o en interiores.
7. Evitar Tratamientos Costosos Innecesarios
El caso de Bryan Johnson, quien invierte millones en tratamientos, ilustra que la clave está en hábitos simples: alimentación equilibrada, ejercicio regular y sueño adecuado. Muchos suplementos no extienden la vida útil y su consumo exagerado puede ser adverso para la salud.
8. Lavado de Manos y Prevención de Infecciones
Prevenir infecciones mediante el lavado frecuente de manos es un hábito sencillo con alto impacto.
Infecciones por virus como el papiloma humano pueden acelerar el envejecimiento inmunitario.
Estudios señalan que infancias con menos infecciones se asocian con un envejecimiento más saludable.
9. Estar Atento a los Avances en Tratamientos
La medicina de la longevidad progresa rápidamente. Medicamentos como la metformina y la rapamicina, junto con fármacos senolíticos, abren nuevas perspectivas para el futuro. Estar informado sobre estos avances permite anticipar estrategias que podrían transformar el modo en que se aborda el envejecimiento.
El Futuro de la Longevidad
Entre los estudios y ejemplos citados, destaca la investigación con gemelos daneses y el caso de Bryan Johnson. Estos datos refuerzan la idea de que los hábitos cotidianos tienen un impacto profundo en la edad biológica y la calidad de vida. Adoptar estos cambios hoy puede mejorar la salud y el bienestar actuales, aumentando las probabilidades de aprovechar los avances médicos que la ciencia de la longevidad promete para los próximos años.