Reservistas voluntarios en Huelva: Vocación y servicio a las Fuerzas Armadas

HUELVA, ESPAÑA – En una ciudad conocida por su rica historia y cultura, tres ciudadanos han encontrado una manera única de servir a su país como reservistas voluntarios, combinando sus vidas civiles con el compromiso militar. Huelva Información ha tenido la oportunidad de conocer de cerca la experiencia de estos tres individuos adscritos a la Subdelegación de Defensa en Huelva, cada uno con historias personales que reflejan dedicación y pasión.

La teniente María Rodríguez, con 51 años, es la reservista voluntaria más veterana en el organismo de Defensa en Huelva. Aunque su unidad de destino es el Instituto de Historia y Cultura Militar de Ceuta, María ha trabajado en Huelva en proyectos de archivo, uniendo su amor por la historia con su deseo de servir a España. “Fue una labor muy bonita de recopilar, clasificar y distribuir archivos para organizar todo lo referente a las Fuerzas Armadas en Huelva”, explica María, quien espera nuevas oportunidades de activación en el futuro.

Compromiso y experiencia militar

El teniente Javier Iranzo, de 55 años, combina su trabajo como docente de Educación Física en el Colegio Montessori de Huelva con su papel como reservista en la Infantería de Marina. “Yo hice la Mili como voluntario en Infantería de Marina, en un sitio bastante operativo”, comenta Javier, quien recientemente participó en la misión Dédalo, una operación de mantenimiento de la paz que abarcó desde el Mediterráneo hasta el Atlántico.

Javier describe con entusiasmo su participación en maniobras con otros países de la OTAN, destacando el rigor y la exigencia de su rol.

“Es duro, porque en mi caso hago la misma función que haría cualquier militar profesional. De hecho, en mi sección el único reservista soy yo.”

Educación y formación en el Ejército del Aire

Mariano Raboso Mateos, también de 55 años, es alférez reservista del Ejército del Aire y profesor en la Universidad de Huelva. Su destino es la Academia General del Aire en San Javier, Murcia, donde la princesa Leonor está estudiando. “Coincido con ella y puede que incluso le dé clases”, menciona Mariano, quien se prepara para impartir formación a futuros oficiales del Ejército del Aire en la especialidad de Ciberespacio.

Mariano, ingeniero de Telecomunicaciones, refleja el perfil de un ciudadano que, tras completar el Servicio Militar, encontró en el voluntariado una vía para seguir vinculado a las Fuerzas Armadas.

“Siempre quise ser reservista tras terminar el Servicio Militar también de oficial, alférez, porque entonces había una vía de acceso que era el servicio de formación de cuadros de mando.”

Una vocación compartida

Estos tres reservistas representan perfiles distintos, pero comparten una misma inquietud: la de servir a las Fuerzas Armadas desde el corazón, poniendo sus conocimientos y su humanidad al servicio de España. En un contexto global donde la seguridad y la defensa son cada vez más complejas, la figura del reservista voluntario cobra una relevancia especial, aportando diversidad y experiencia a las fuerzas militares.

Con el paso del tiempo, el papel de los reservistas voluntarios en España podría expandirse, ofreciendo nuevas oportunidades para que civiles comprometidos contribuyan al bienestar y la seguridad del país. Mientras tanto, María, Javier y Mariano continúan equilibrando sus vidas civiles con su compromiso militar, demostrando que el servicio a la nación puede adoptar muchas formas.