BUENOS AIRES, ARGENTINA – El aceite de coco ha ganado popularidad en la cocina saludable, pero su consumo sigue siendo objeto de debate entre los expertos en salud. Este aceite, conocido por su alto contenido de triglicéridos de cadena media (MCTs), es valorado por su capacidad para proporcionar energía rápida. Sin embargo, su elevada proporción de grasas saturadas genera preocupación sobre su impacto en la salud.
Un análisis de Verywell Health y un estudio publicado en JAMA destacan que la evidencia científica sobre los beneficios y riesgos del aceite de coco sigue siendo incierta, especialmente en relación con el control de peso y los niveles de colesterol. Instituciones como la Asociación Americana del Corazón y las Guías Alimentarias para los Estadounidenses recomiendan consumirlo con moderación, priorizando las grasas insaturadas hasta que se obtenga mayor claridad sobre sus efectos a largo plazo.
Efectos en el peso y metabolismo
Los estudios sobre el aceite de coco presentan resultados mixtos. Este producto, rico en MCTs, es utilizado por el organismo como una fuente rápida de energía. Algunas investigaciones sugieren que los MCTs podrían favorecer la quema de grasa y calorías, aunque no hay consenso al respecto.
Un metaanálisis de 2023 citado por Verywell Health analizó nueve investigaciones y encontró una reducción pequeña pero significativa en el peso corporal, el IMC y el porcentaje de grasa al comparar el consumo de aceite de coco con otros aceites. No obstante, su alta densidad calórica podría propiciar el aumento de peso si se consume en exceso, lo que indica la necesidad de más estudios para comprender sus efectos a largo plazo.
Influencia en la salud cardiovascular y propiedades adicionales
El impacto del aceite de coco en la salud cardiovascular es motivo de preocupación. Algunos estudios han detectado un aumento del colesterol HDL (“bueno”), mientras que otros han registrado una subida del colesterol LDL (“malo”). La mayoría de la literatura científica asocia una ingesta elevada de grasas saturadas con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas.
Las Guías Alimentarias para los Estadounidenses recomiendan mantener las grasas saturadas por debajo del 10% de las calorías diarias, mientras que la Asociación Americana del Corazón sugiere a personas en riesgo no sobrepasar el 6%.
Además, el aceite de coco posee propiedades antimicrobianas, principalmente debido al ácido láurico, que compone aproximadamente la mitad de sus MCTs. Investigaciones sugieren que este ácido puede actuar contra microorganismos perjudiciales, fomentando su uso en la higiene bucal y el cuidado de la piel. La práctica del oil pulling ha sido relacionada con la reducción de bacterias y placa, aunque no debe sustituir los métodos convencionales de higiene oral.
Información nutricional y recomendaciones de consumo
El aceite de coco está compuesto únicamente por grasa. Según la Harvard T. H. Chan School of Public Health, una cucharada aporta alrededor de 120 calorías y 14 gramos de grasa total —principalmente saturada—, sin un aporte significativo de vitaminas o minerales.
No existe una cantidad oficial establecida para su consumo, pero las Guías Alimentarias para los Estadounidenses recomiendan que las grasas saturadas no superen el 10% de las calorías diarias.
La American Heart Association sugiere un límite más estricto para personas con riesgo cardiovascular, de alrededor del 6% de las calorías diarias.
Tipos y aplicaciones en la cocina
El mercado ofrece diferentes variedades de aceite de coco, cada una con características y usos específicos. El aceite de coco virgen, obtenido de la pulpa, se destaca por su sabor intenso y un punto de humo de 177℃, ideal para recetas que buscan realzar el sabor original. Por otro lado, el aceite de coco refinado, obtenido de cocos deshidratados, tiene un punto de humo más alto, adecuado para preparaciones a temperaturas elevadas.
El aceite de coco puede utilizarse sólido o líquido, fundiéndose fácilmente. Es recomendado para saltear, hornear, rociar sobre palomitas o combinar con chocolate y mantequilla de maní en dulces caseros. Sin embargo, es fundamental respetar el punto de humo y evitar el sobrecalentamiento.
A pesar de su versatilidad y ciertas ventajas, los especialistas coinciden en que el aceite de coco debe ocupar un lugar limitado en la dieta, con prioridad para las grasas insaturadas para proteger la salud cardiovascular.