vie. Sep 12th, 2025

CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO – El café es una bebida esencial para millones de personas en todo el mundo, presente no solo en el desayuno sino también en diversas ocasiones a lo largo del día. Sin embargo, el consumo excesivo de cafeína puede llevar a serios problemas de salud.

Según VeryWell Health, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) establece que el límite seguro para adultos es de 400 mg diarios, lo que equivale a unas cuatro o cinco tazas de café. Durante el embarazo y la lactancia, se recomienda no superar los 200 mg diarios. Por otro lado, expertos en salud infantil aconsejan que niños y adolescentes eviten completamente las bebidas con cafeína antes de los 12 años debido a su mayor sensibilidad y riesgo de efectos adversos.

La Presencia Omnipresente de la Cafeína

La cafeína no solo se encuentra en el café, sino también en té, refrescos, bebidas energéticas, chocolate, medicamentos y suplementos. Esta amplia presencia facilita su consumo inadvertido por encima de los valores recomendados, aumentando así el peligro de efectos indeseados.

Investigaciones respaldan la importancia de controlar el consumo de cafeína. Un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition analizó a más de 5,000 adultos y concluyó que ingerir más de 400 mg diarios incrementa significativamente el riesgo de insomnio, ansiedad y trastornos cardiovasculares. Los autores observaron que incluso en consumidores habituales, superar el límite recomendado se asociaba con alteraciones en la calidad del sueño y mayor frecuencia de palpitaciones.

Impacto en la Salud Reproductiva y Cardiovascular

Una investigación respaldada por la Universidad de Nevada, citada por VeryWell Health, identificó una relación directa entre el exceso de cafeína y una reducción en la fertilidad masculina. Se halló que varones que consumían altas dosis presentaban una menor calidad seminal. Estos estudios refuerzan la necesidad de ajustar la ingestión de cafeína según la edad, el estado de salud y la sensibilidad individual para minimizar los riesgos asociados a su abuso.

El consumo excesivo de cafeína puede estimular el sistema nervioso central y, ante abusos o interrupciones bruscas, provocar “cefalea por rebote”. Una ingesta moderada mejora el ánimo, pero dosis de dos a seis tazas diarias pueden producir ansiedad, y superar los 400 mg diarios se vincula a estados depresivos.

Consecuencias Físicas y Recomendaciones

La cafeína puede dificultar conciliar el sueño y mantenerlo. Se recomienda dejar pasar entre seis y ocho horas antes de acostarse, aunque algunas personas requieren intervalos mayores por su sensibilidad. Este síntoma aparece sobre todo en quienes consumen grandes cantidades o presentan trastornos de ansiedad.

La cafeína eleva la frecuencia cardíaca. Incluso con cuatro tazas de café pueden surgir palpitaciones, y los metabolizadores lentos sufren consecuencias con menos cantidad. El efecto diurético de la cafeína incrementa la necesidad de orinar, lo que puede llevar a la pérdida de nutrientes esenciales y afectar la salud, sobre todo en personas con vejiga hiperactiva.

Ingerir más de 400 mg diarios se asoció con mayor riesgo de infertilidad masculina y fragilidad ósea. El descenso de nutrientes como calcio, magnesio y vitaminas del grupo B perjudica la salud ósea. Pueden aparecer dificultades respiratorias, urticaria o presión arterial baja. En estos casos, se aconseja suspender la cafeína y acudir de inmediato a un centro de atención médica.

Interacciones con Medicamentos y Estrategias de Reducción

El abuso de cafeína puede alterar la eficacia de numerosos medicamentos, entre ellos antidepresivos, tratamientos para el déficit de atención, sedantes, antihipertensivos, anticoagulantes, fármacos para el Alzheimer y el Parkinson, antibióticos, antiinflamatorios y hormonas. Consultar con un profesional sanitario resulta fundamental para identificar posibles interacciones si se sigue tratamiento médico.

Para reducir el consumo, VeryWell Health recomienda hacerlo gradualmente y elegir alternativas de bajo o nulo contenido de cafeína, como café mitad descafeinado, té verde o infusiones de hierbas, para evitar síntomas de abstinencia. Hidratarse con agua y llevar una dieta rica en vitamina C, magnesio, zinc y fibra —presente en verduras de hoja verde, cereales integrales, huevos, pescado y frutos secos— puede ayudar a combatir el cansancio al reducir la cafeína.

Ante síntomas persistentes, un profesional de la salud puede descartar causas subyacentes y orientar sobre cambios saludables. En un mundo donde el café es una constante, entender sus límites es crucial para mantener un equilibrio saludable.