CIUDAD/PAÍS – En los laberintos ocultos de los aeropuertos, cada maleta facturada inicia un trayecto tan desconocido como complejo para la mayoría de los viajeros. Detrás de la aparente sencillez de entregar el equipaje en el mostrador, se despliega un sistema de manejo de equipaje compuesto por cintas, sensores y controles que, según Popular Science, mueve cientos de millones de maletas cada año.
No todas llegan a su destino sin contratiempos: en 2023, por citar un ejemplo, los aeropuertos estadounidenses gestionaron más de 470 millones de piezas de equipaje facturado, de las cuales cerca de dos millones se extraviaron en el proceso, una cifra que ilustra la magnitud y los desafíos de este engranaje logístico.
El complejo sistema de manejo de equipaje
El sistema de manejo de equipaje en los aeropuertos, lejos de ser una simple cinta transportadora, se asemeja a un complejo circuito de obstáculos. Michael Rangole, responsable de mantenimiento en Vanderlande Industries —la empresa encargada del sistema en el Aeropuerto Internacional de San José Mineta (SJC), California—, compara la experiencia con la representación que ofrece la película Toy Story 2.
“El sistema de San José tiene más de 120 curvas”, detalla Rangole en declaraciones recogidas por Popular Science, subrayando la fidelidad de la animación a la realidad.
En la cinta, los personajes atraviesan un entramado de cintas y bifurcaciones que, en la vida real, transportan el equipaje desde el mostrador de facturación hasta la bodega del avión.
La importancia de la “higiene del equipaje”
Antes de que una maleta se adentre en este recorrido, debe cumplir con lo que los expertos denominan “higiene del equipaje”. Simran Sandhar, superintendente de experiencia del cliente en SJC, explica a Popular Science que este concepto abarca desde asegurar que las asas estén recogidas hasta evitar colocar objetos de formas inusuales, como cañas de pescar o bolas de bowling, en la cinta principal.
Estos artículos deben entregarse en un mostrador especial para equipaje sobredimensionado. “Si el equipaje no se coloca correctamente en la cinta, puede sufrir retrasos en el área de clasificación”, advierte Sandhar. Una correcta higiene del equipaje facilita que la maleta llegue a su destino sin incidentes.
El proceso de etiquetado y clasificación
El proceso continúa en el mostrador de facturación, donde un agente pesa la maleta y coloca una etiqueta con un código de la aerolínea, un identificador único, el código de aeropuerto de destino y un código de barras que almacena información del vuelo y del pasajero. Además, se añade una “bingo tag”, una pequeña pegatina con código de barras que actúa como respaldo en caso de que la etiqueta principal se desprenda.
Una vez etiquetada, la maleta ingresa en la zona de clasificación, conocida como “back-of-house”. Allí, un lector automático escanea el código de barras, y una red de más de 800 sensores fotográficos —según Rangole— monitoriza su avance.
“Estos sensores permiten al personal del aeropuerto conocer la ubicación y el tiempo que la maleta permanece en el sistema”, explica Rangole.
La seguridad es un paso ineludible: todas las maletas facturadas pasan por controles de la TSA para detectar objetos prohibidos. Si una maleta requiere una inspección manual, se desvía hacia una zona específica; si es aprobada, continúa hacia la siguiente fase.
Desafíos y recomendaciones para los viajeros
A pesar de la sofisticación tecnológica, la pérdida o retraso de equipaje sigue siendo una realidad. Las causas más frecuentes incluyen la caída de etiquetas, lo que impide a los sensores identificar el destino de la maleta, y errores humanos, como cargar el equipaje en el vuelo equivocado o no disponer de tiempo suficiente para transferirlo entre conexiones.
Sandhar recomienda retirar todas las etiquetas y pegatinas de vuelos anteriores al llegar a destino, ya que la acumulación de etiquetas puede provocar confusiones y requerir una investigación manual para determinar el destino correcto. Además, no todos los aeropuertos cuentan con el mismo nivel de automatización: algunos operan con sistemas robóticos avanzados, mientras que otros dependen de la clasificación manual por parte del personal.
Para reducir el riesgo de incidentes, Popular Science recoge varios consejos prácticos. Es fundamental comprobar que la etiqueta de la aerolínea contiene la información correcta antes de entregar la maleta. También se recomienda colocar una etiqueta personal con el nombre, número de teléfono y código de país, especialmente en viajes internacionales.
“No es necesario incluir la dirección, pero sí los datos de contacto, ya que pueden ser cruciales si la etiqueta principal se pierde y la aerolínea necesita identificar al propietario”, concluye Sandhar.
Si los sistemas de manejo de equipaje fueran tan sencillos como parecen en las películas, los desafíos para los viajeros —y para los héroes animados— serían mucho menores.