EE.UU. endurece requisitos de visa por salud y edad

WASHINGTON, EE.UU. – En un movimiento que podría impactar a miles de solicitantes de visa, el gobierno de Donald Trump ha ordenado a las autoridades de inmigración considerar inelegibles a extranjeros con ciertos problemas de salud, como la obesidad, o de edad avanzada. Esta medida busca evitar que estas personas se conviertan en una carga pública para el país, según reportó KFF Health News.

El Departamento de Estado de Estados Unidos ha enviado una directriz actualizada a las embajadas y consulados, ampliando la lista de condiciones médicas que podrían descalificar a un extranjero que desee residir en el país. Aunque las revisiones de salud para solicitantes de visa han sido una práctica de larga data, esta nueva directriz enfatiza la importancia de evaluar la salud del solicitante, según el documento citado por KFF, una organización especializada en noticias de salud.

Condiciones médicas bajo escrutinio

La directriz instruye a los funcionarios encargados de otorgar visas a considerar condiciones como la obesidad, que puede derivar en problemas de salud como asma, apnea del sueño e hipertensión, o enfermedades como la diabetes. Estas condiciones, según la medida, podrían requerir atención médica costosa y prolongada.

Además, se ha pedido a los funcionarios que determinen si los solicitantes tienen los recursos necesarios para costear su tratamiento médico sin depender de la ayuda del gobierno estadounidense. “Todas estas afecciones pueden requerir atención médica costosa y prolongada”, señala la medida.

Impacto de las políticas migratorias

Desde su primera administración, Trump y sus asesores han insistido en denegar la residencia permanente a personas que podrían convertirse en una carga pública. Esta política ha sido una constante en su enfoque hacia la inmigración, aunque la administración de Joe Biden (2021-2025) había revertido varias de estas reglas, ahora retomadas por la Casa Blanca como parte de su estrategia migratoria.

La nueva orden también busca considerar inelegibles a personas que, debido a su edad, tengan más probabilidades de depender de la asistencia social. Esta medida refleja un endurecimiento en los criterios de admisión, alineándose con la visión de Trump de una inmigración más selectiva y orientada a la autosuficiencia económica.

Reacciones y perspectivas futuras

Las reacciones a esta directriz han sido mixtas. Algunos expertos en salud pública y defensores de los derechos de los inmigrantes han expresado su preocupación por el potencial discriminatorio de estas medidas.

“Este tipo de políticas pueden estigmatizar a personas con condiciones de salud que no siempre están bajo su control”

, comentó un especialista en políticas de salud.

Por otro lado, defensores de la medida argumentan que es necesario asegurar que los nuevos residentes no sobrecarguen el sistema de salud pública. Sin embargo, la implementación de estas directrices podría enfrentar desafíos legales y éticos, especialmente en un contexto donde la atención médica es un tema de debate constante en Estados Unidos.

En el futuro, se espera que estas políticas continúen siendo un punto de controversia y debate en el ámbito político y social. La administración actual podría enfrentar presiones tanto internas como internacionales para reevaluar el enfoque hacia la inmigración y la salud pública.