MADRID, ESPAÑA – Cada año, alrededor de 10.000 personas en España reciben el diagnóstico de cáncer de páncreas, una enfermedad poco frecuente pero extremadamente mortal. En 2023, 8.140 pacientes fallecieron a causa de este tumor, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), marcando la cifra más alta de las últimas dos décadas. Este cáncer se ha convertido en un asesino silencioso, con una incidencia que ha crecido un 83,6% en los últimos 20 años.
El cáncer de páncreas rara vez avisa a tiempo. Síntomas como el dolor de espalda, la pérdida de peso, pancreatitis o diabetes en la edad adulta pueden ser señales tempranas, pero suelen pasar desapercibidas. Cuando los síntomas claros aparecen, la enfermedad ya suele estar en fases avanzadas. A esto se suma la naturaleza del tumor, que es denso y rígido, lo que dificulta que las terapias penetren eficazmente.
Retar al cáncer con ciencia
En el Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón (IISA), un equipo liderado por Alejandra González está al frente de una investigación innovadora. González, nacida en Madrid en 1985, posee una formación internacional y una determinación impresionante. “Queremos liberar el tumor, hacerlo más permeable”, explica. Su equipo busca modificar el entorno del tumor para mejorar la eficacia de los tratamientos.
La estrategia de González se centra en inducir temporalmente la formación de vasos linfáticos para drenar el líquido acumulado durante el desarrollo del tumor y reducir su presión. Esto podría mejorar la eficacia de la quimioterapia, la inmunoterapia y otras terapias convencionales. Utilizando modelos animales y tecnología de vanguardia, el equipo de González estudia cómo reducir la presión interna del tumor para facilitar la llegada de los medicamentos.
Una trayectoria sobresaliente
Alejandra González tiene una carrera tan internacional como brillante. Se licenció en Bioquímica en Salamanca, realizó un Erasmus en Manchester, y completó un máster y un doctorado en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas en Madrid. Su interés por la aplicación clínica del cáncer la llevó a Lausana, Suiza, donde se especializó en biología vascular.
En 2022, gracias a una beca María Zambrano, regresó a España con el objetivo de aplicar lo aprendido. Actualmente, cuenta con financiación del Instituto de Salud Carlos III y del Gobierno de Aragón, lo que le proporciona la estabilidad necesaria para dedicarse plenamente a la investigación. “Mi objetivo inmediato es seguir creciendo con mi grupo y aumentar el número de proyectos”, afirma.
Impacto y futuro de la investigación
El trabajo de González no solo tiene implicaciones para el cáncer de páncreas. Si su estrategia funciona, podría aplicarse a otros tumores con entornos físicos similares, como el colorrectal. “La idea es sencilla pero prometedora: mejorar la eficacia de las terapias existentes eliminando las barreras físicas que hoy las frenan”, explica.
Otros laboratorios, como el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca y el Hospital Universitario 12 de Octubre en Madrid, están explorando estrategias similares para hacer más permeable la membrana de los tumores. Además, en el ámbito de la inmunoterapia, ensayos clínicos recientes han mostrado que vacunas experimentales pueden entrenar al sistema inmunitario para atacar células cancerígenas resistentes.
El enfoque de González, que combina innovación tecnológica y sensibilidad humana, ya ha recibido reconocimientos, como el premio L’Oréal-UNESCO ‘For Women in Science’. Este galardón no solo es un incentivo personal, sino también un reflejo del potencial de las científicas en el ámbito de la investigación oncológica.
Con cada experimento y ensayo, González y su equipo están avanzando en la carrera contra un cáncer que durante décadas se consideró casi imbatible. Su aproximación podría cambiar la forma en que la medicina aborda estos tumores, convirtiendo un enemigo casi imbatible en un oponente que, poco a poco, puede ser más vulnerable.