CUSCO, PERÚ – El turismo en Perú, que busca recuperar sus niveles prepandemia, enfrenta un nuevo desafío con la gestión de boletos para Machu Picchu. La venta de entradas físicas ha generado controversia y afectado la experiencia de los visitantes, lo que ha llevado a la inclusión de este icónico destino en una lista de lugares que “ya no valen la pena visitar”, según el portal internacional ‘Travel and Tour World’.
La polémica comenzó en 2022 con la Resolución Directoral N°001102-2022-DDC-CUS/MC del Ministerio de Cultura, que autorizó la venta de 1.000 boletos físicos en Machupicchu Pueblo, representando el 25% del total de entradas disponibles. Este cambio, que buscaba facilitar el acceso, terminó generando largas colas y malestar entre los turistas.
Impacto de la venta física de boletos
La decisión de vender boletos físicamente no solo provocó descontento por las largas filas, sino que también incentivó la falsificación de entradas. A pesar de las propuestas para regresar a un sistema de venta digital completo, hubo resistencia política, especialmente por parte de congresistas como Alejandro Soto, quien argumentó que la digitalización podría ralentizar la economía local.
Las tensiones culminaron en protestas en enero de 2024, cuando los habitantes de Machupicchu Pueblo se levantaron contra la venta digital completa, alegando que la empresa Joinnus asumió la gestión de las entradas sin un proceso de licitación adecuado. Las manifestaciones resultaron en pérdidas económicas significativas y dejaron a más de 1.800 turistas varados.
Problemas persistentes y reacciones
En medio de las protestas, la Fiscalía intervino la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco por presuntas irregularidades en la venta de boletos. La entonces ministra de Cultura, Leslie Urteaga, advirtió sobre un mercado negro de entradas, con un desbalance financiero de S/7,5 millones anuales debido a la falta de registro de miles de visitantes.
Este caos administrativo ha mantenido a Machu Picchu en la lista de destinos problemáticos, con turistas obligados a esperar días en Aguas Calientes para conseguir boletos. La viceministra de Patrimonio Cultural, Moira Novoa, anunció medidas excepcionales para aliviar la situación, como la eliminación del preticket, pero la venta física continúa siendo un tema de debate.
Opiniones de expertos y futuro del turismo
Juan Stoessel, vicepresidente de la Cámara de Turismo del Cusco, enfatiza la necesidad de una venta digital total para reactivar el turismo nacional sin perjudicar la economía local. Claudia Medina, presidenta de Apotur, también apoya esta medida para mejorar la predictibilidad y trazabilidad para los turistas.
El exministro de Comercio Exterior y Turismo, Juan Carlos Mathews, advierte que la mala imagen de Machu Picchu afecta no solo al turismo peruano, sino al de toda América Latina, ya que los visitantes suelen recorrer varios países de la región. Mathews sugiere mejorar los servicios en Machupicchu Pueblo y comunicar los beneficios de la venta electrónica.
Por su parte, Tito Alegría, presidente de Proturismo, aboga por una mesa técnica para analizar el aforo y los ingresos económicos relacionados con Machu Picchu. Javier Rosas del Portal, del Mincetur, anunció un nuevo estudio de capacidad de carga para 2026, que priorizará la preservación del sitio arqueológico mientras se evalúa la posibilidad de ajustar el número de visitantes.
Con la situación actual, el futuro del turismo en Machu Picchu depende de encontrar un equilibrio entre la preservación del patrimonio y la experiencia del visitante. Las autoridades deberán trabajar en conjunto con los gremios turísticos para implementar soluciones sostenibles que aseguren la viabilidad de este emblemático destino.