mar. Sep 2nd, 2025

BUENOS AIRES, ARGENTINA – Una reciente investigación sugiere que la forma en que los adultos mayores interpretan las emociones podría ser un indicio temprano del envejecimiento cerebral. Este fenómeno, conocido como sesgo de positividad, se refiere a la tendencia de las personas mayores a interpretar expresiones faciales ambiguas como felices. Según el estudio publicado en la revista JNeurosci y difundido por Science Focus, este sesgo podría estar vinculado a los primeros signos de deterioro cognitivo y a cambios en regiones cerebrales clave.

El Dr. Noham Wolpe, autor principal del estudio y miembro del Cambridge Centre for Ageing and Neuroscience, explicó que los adultos mayores son más propensos a percibir expresiones ambiguas como ‘felices’ en lugar de ‘tristes’ o ‘enojadas’. “Este sesgo no es simplemente un rasgo de personalidad, sino que se relaciona con diferencias estructurales y funcionales en el cerebro”, señaló Wolpe.

Impacto en el cerebro: cambios en el hipocampo y la amígdala

El estudio, que analizó datos de más de 600 adultos, identificó alteraciones en el hipocampo y la amígdala, regiones fundamentales para la memoria y la emoción. Además, se observó una conectividad modificada con la corteza orbitofrontal, área responsable de ponderar la información emocional y guiar las decisiones. “En adultos con deterioro cognitivo, los vínculos entre la corteza orbitofrontal y la amígdala se intensifican, lo que podría favorecer la interpretación positiva de estímulos emocionales ambiguos”, explicó Wolpe.

Para llegar a estas conclusiones, el equipo empleó tareas de reconocimiento emocional junto con técnicas avanzadas de neuroimagen. La muestra incluyó a 665 adultos de ambos sexos, seleccionados de una cohorte representativa de la población adulta. Los participantes realizaron pruebas psicométricas en las que debían identificar emociones en rostros, mientras se evaluaba su desempeño cognitivo general y se analizaban imágenes cerebrales.

Sesgo de positividad y detección temprana de la demencia

El Dr. Wolpe subrayó la importancia de estos hallazgos en el contexto del envejecimiento cerebral. “Estas regiones forman una red crucial para interpretar señales emocionales y guiar decisiones”, afirmó. El sesgo de positividad podría reflejar cambios cerebrales que preceden a los síntomas típicos de la demencia, como la pérdida de memoria. “El mensaje clave es que nuestras respuestas emocionales, como los sesgos sutiles en la forma en que vemos las expresiones de los demás, pueden revelar alteraciones cerebrales tempranas mucho antes de que aparezcan los síntomas habituales de la demencia”, añadió Wolpe.

El potencial de este sesgo como marcador temprano de neurodegeneración abre nuevas posibilidades para la detección precoz de la demencia. Aunque las pruebas de reconocimiento emocional aún no están listas para reemplazar los test cognitivos convencionales, podrían complementar las herramientas de cribado actuales en el futuro.

Diferencias entre sesgo de positividad y depresión leve

El estudio también aporta claridad sobre la distinción entre el sesgo de positividad y los síntomas depresivos. Mientras que investigaciones previas sugerían que este sesgo podría ser un mecanismo adaptativo para mantener el bienestar emocional en la vejez, los datos actuales muestran que su presencia se relaciona más estrechamente con el declive cognitivo y cambios cerebrales, y no con la depresión leve o subclínica.

Con la mirada puesta en el futuro, el equipo de Wolpe ya explora métodos innovadores, como tareas inmersivas en realidad virtual, para captar cómo las personas responden a señales emocionales en contextos más naturales. Además, completaron evaluaciones de seguimiento a los participantes del estudio original, aproximadamente 12 años después de la primera evaluación, y están vinculando estos datos con registros médicos para rastrear diagnósticos de demencia.

Comprender la relación entre las respuestas emocionales y los cambios cerebrales podría allanar el camino hacia una detección más ágil y, en última instancia, intervenciones más tempranas y eficaces frente al deterioro cognitivo asociado al envejecimiento.