KYIV, UCRANIA – Miles de ucranianos tomaron las calles este martes en una jornada de protestas sin precedentes desde el inicio de la guerra con Rusia. Por primera vez desde el estallido del conflicto, el presidente Volodímir Zelenski enfrenta una significativa disidencia interna. El motivo: la aprobación de la ley 12414 por parte del Parlamento ucraniano, una controvertida reforma que debilita la independencia de los organismos anticorrupción del país, especialmente la Oficina Nacional Anticorrupción (NABU) y la Fiscalía Especializada Anticorrupción (SAPO).
Las manifestaciones se concentraron en ciudades clave como Kiev, Lviv y Odesa, bajo lemas como “Manos fuera de la NABU”, “Destruir la NABU es destruir la confianza” y “Zelenski, no traiciones la democracia”. En Kiev, la plaza del Teatro Nacional Dramático Ivan Franko se convirtió en el epicentro de una multitudinaria protesta pacífica que se extendió hasta pasada la medianoche, desafiando el toque de queda.
Una ley polémica
La nueva legislación, aprobada con 263 votos a favor en la Rada, transfiere el control de las agencias anticorrupción a la Fiscalía General, una institución directamente subordinada al poder ejecutivo. Esta maniobra, que varios parlamentarios han denunciado como opaca, representa un golpe a la estructura institucional establecida desde 2015 con el apoyo de la Unión Europea y Estados Unidos para combatir la corrupción sistémica en Ucrania.
Activistas, veteranos de guerra y estudiantes se unieron en la protesta, exigiendo que Zelenski vetara la normativa. Sin embargo, al final del día, la oficina parlamentaria confirmó que el presidente ya había firmado el decreto. La reacción en la plaza fue inmediata: los cánticos pasaron de criticar al entorno presidencial a señalar directamente a Zelenski como responsable del retroceso democrático.
Reacciones y justificaciones
El descontento venía gestándose desde días atrás. El lunes, los Servicios de Seguridad de Ucrania (SBU) realizaron redadas contra detectives de la NABU y presentaron cargos contra varios agentes. Estas acciones fueron interpretadas por la oposición y organizaciones prodemocracia como represalias por la investigación que la NABU había abierto contra el exviceprimer ministro Oleksiy Chernyshov.
Zelenski defendió la medida en un discurso publicado después de la medianoche, afirmando que “la infraestructura anticorrupción funcionará, solo que sin influencia rusa”. No mencionó explícitamente la ley aprobada, pero justificó el cambio legislativo diciendo que es crucial que el fiscal general garantice que “en Ucrania sea inevitable el castigo para aquellos que van contra la ley”.
Preocupación internacional
La reacción internacional más contundente vino desde Bruselas. La Comisión Europea expresó su “seria preocupación” por la ley aprobada, señalando que el debilitamiento de las instituciones anticorrupción representa un retroceso en el proceso de adhesión de Ucrania a la Unión Europea. La comisaria de Ampliación, Marta Kos, fue tajante en redes sociales:
“El desmantelamiento de las salvaguardias clave que protegen la independencia de la Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania es un grave retroceso. El Estado de Derecho sigue en el centro de las negociaciones.”
El portavoz de Ampliación, Guillaume Mercier, insistió en que la NABU y la SAPO son instituciones “cruciales” para el programa de reformas vinculado a los fondos europeos.
“La UE proporciona una importante ayuda financiera a Ucrania, condicionada a la transparencia, la reforma judicial y la gobernanza democrática,”
advirtió, dejando claro que la futura integración europea del país dependerá de la capacidad de Kiev para demostrar independencia judicial y voluntad real de combatir la corrupción.
Protestas continúan
A pesar del contexto de guerra y la ley marcial que prohíbe reuniones públicas, las autoridades no intervinieron para dispersar las protestas. No hubo presencia policial visible ni intentos de represión. La firma de la ley ha provocado una oleada de reacciones en redes sociales, donde cientos de usuarios y organizaciones han llamado a continuar las movilizaciones durante este miércoles.
La tensión política interna coincide con un momento delicado en el plano diplomático: este mismo miércoles está prevista en Turquía la tercera ronda de negociaciones entre Ucrania y Rusia, centrada en acordar nuevos intercambios de prisioneros y explorar posibles vías hacia un alto el fuego.