jue. Jul 17th, 2025

ESPAÑA – La Dirección General de Tráfico (DGT) ha propuesto un cambio significativo en la estrategia de movilidad urbana en España: fomentar la ocupación mínima de dos personas por coche en grandes ciudades como Madrid. Esta medida se inspira en las políticas europeas de carriles VAO y busca reducir la congestión vehicular.

Actualmente, la propuesta está en fase de análisis y se acompaña de otras medidas que requieren debate, como limitar a un coche por vivienda y cobrar un euro diario a los vehículos no residentes que circulan por ciertas carreteras españolas, una práctica ya implementada en las Islas Baleares.

Medidas en las Islas Baleares

En las Baleares, se han tomado medidas para reducir la congestión, especialmente durante la temporada alta. En Formentera e Ibiza, se cobra un euro diario a los vehículos no residentes y se han implementado límites de horario y controles de acceso.

Mallorca planea seguir este ejemplo con tarifas más significativas, que varían entre 35 y 150 euros según las emisiones de los vehículos. Esta medida busca no solo reducir el tráfico, sino también incentivar el uso de vehículos menos contaminantes.

La idea de limitar a un solo vehículo por vivienda en las Baleares proviene del Gobierno, no de la DGT. La preocupación por los desplazamientos diarios ha llevado a esta propuesta, que permitiría excepciones para emergencias, personas con movilidad reducida y residentes de la isla.

Objetivos de la DGT

La DGT, liderada por Pere Navarro, estudia la implementación de sensores o radares que detecten el número de ocupantes en un vehículo, similar al sistema utilizado en Francia. Aunque aún en fase de análisis, esta medida podría revolucionar el uso de carriles VAO en España.

“La congestión vehicular es un problema creciente en las grandes ciudades, y estas medidas buscan no solo reducir el tráfico, sino también mejorar la calidad del aire y promover el uso compartido de vehículos”, explicó un portavoz de la DGT.

Implicaciones y Futuro

Si se implementan, estas medidas podrían tener un impacto significativo en la movilidad urbana. La reducción del tráfico no solo mejoraría la calidad de vida en las ciudades, sino que también podría contribuir a la disminución de emisiones de gases contaminantes.

Sin embargo, estas propuestas también enfrentan desafíos. La aceptación pública y la viabilidad técnica de los sistemas de detección de ocupantes son aspectos críticos que la DGT deberá abordar. Además, la implementación de tarifas y restricciones podría generar resistencia entre los ciudadanos y requerir un equilibrio cuidadoso entre regulación y libertad personal.

En el futuro, la colaboración entre gobiernos locales, la DGT y el público será esencial para desarrollar soluciones efectivas y sostenibles para la movilidad urbana en España. La evolución de estas propuestas será un tema clave a seguir en los próximos meses.