MUNICH (ALEMANIA), 8 (dpa/EP) – La atleta alemana Malaika Mihambo, campeona olímpica de salto de longitud en 2021, ha expresado su preocupación sobre la nueva prueba genética obligatoria impuesta por World Athletics para competir en la categoría femenina. Según Mihambo, la implementación de esta medida podría haberse llevado a cabo de una manera más eficiente.
Desde el 1 de septiembre, World Athletics ha establecido esta prueba como requisito obligatorio, y los Campeonatos del Mundo al Aire Libre en Tokio, que comienzan este sábado, serán el primer gran evento bajo esta nueva normativa. Mihambo, quien ha ganado el oro en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 y en los Mundiales de 2019 y 2022, confirmó que ya se ha sometido al test y ha recibido sus resultados. Sin embargo, advirtió que “quedan muchas preguntas abiertas”.
Contexto y antecedentes de la prueba genética
El test genético se realiza una sola vez mediante un frotis en la mejilla o un análisis de sangre. Su objetivo es determinar si una atleta ha nacido como mujer, identificando a aquellas con diferencias en el desarrollo del sexo que fueron registradas como femeninas al nacer. Sebastian Coe, presidente de World Athletics, ha defendido que esta medida garantizará la igualdad de condiciones en las competiciones, afirmando que más del 90 por ciento de las atletas ya han cumplido con el requisito.
“Hubo que organizarlo todo con poca antelación, lo cual es difícil para las federaciones, y posiblemente para los atletas que no proceden de países donde las federaciones tienen capacidad para hacerlo en poco tiempo”, comentó Mihambo.
Opiniones y críticas sobre la implementación
La implementación de este test ha generado un debate significativo en el mundo del atletismo. Algunos expertos y atletas han expresado su preocupación sobre la falta de preparación y recursos en ciertas federaciones para llevar a cabo estas pruebas de manera efectiva. Mihambo sugirió que una alternativa más eficiente habría sido realizar las pruebas a los ocho o doce primeros clasificados del Mundial, en lugar de imponerlo a todas las competidoras.
La controversia también se centra en cuestiones éticas y de privacidad. La obligación de someterse a un test genético ha sido vista por algunos como una invasión a la privacidad de las atletas, planteando interrogantes sobre la gestión de los datos genéticos y la confidencialidad de los resultados.
Implicaciones futuras y análisis
El impacto de esta medida en el futuro del atletismo femenino es incierto. Si bien el objetivo declarado es garantizar la equidad, la forma en que se implementa podría tener repercusiones en la participación de las atletas y en la percepción pública del deporte. Las federaciones deberán adaptarse rápidamente para cumplir con los nuevos requisitos, lo que podría ser un desafío significativo para países con menos recursos.
En el horizonte, se espera que el debate en torno a la prueba genética continúe, con posibles ajustes en su aplicación y una mayor discusión sobre cómo equilibrar la equidad competitiva con los derechos individuales de las atletas. La comunidad atlética global estará observando de cerca cómo se desarrollan los Campeonatos del Mundo en Tokio bajo esta nueva normativa.
Con el tiempo, la eficacia y la aceptación de esta medida serán evaluadas no solo por su impacto en la competencia, sino también por su capacidad para respetar y proteger la dignidad de las atletas involucradas.