PALENCIA, ESPAÑA – Hace tan solo una semana, la Junta de Castilla y León declaró extinguido el incendio forestal que comenzó a mediados de agosto en Cardaño de Arriba. Apenas unos días antes, se anunció la extinción completa del incendio en Resoba. Ambos siniestros han mantenido en vilo a la provincia, provocando desalojos y confinamientos en varios municipios.
Este verano, no solo Palencia ha sufrido los estragos del fuego. Los eventos en Castilla y León han evidenciado grandes deficiencias en el operativo antiincendios. Sin embargo, estos problemas no son nuevos, ya que la historia parece repetirse año tras año. La tragedia de la sierra de la Culebra no sirvió como lección o, quizás, no se quiso aprender de ella.
Deficiencias en el operativo actual
Durante este verano, se ha repetido incansablemente que la gestión de los montes no puede continuar como antes. El cambio climático es un factor determinante que debe considerarse al planificar estrategias contra incendios. Ignorar esta realidad es inútil. El operativo en Castilla y León, bajo la responsabilidad de la Junta, se considera anticuado, mal organizado e ineficaz.
Expertos en gestión forestal han señalado que la administración regional debe apostar por un operativo público y dejar de privatizar estos servicios, ya que la privatización solo precariza el servicio. Una adecuada gestión forestal no es un despilfarro, sino una inversión necesaria para proteger el medio ambiente y las comunidades locales.
Lecciones del pasado y el camino a seguir
La repetición de incendios devastadores en la región sugiere que las lecciones del pasado no se han aprendido. Los incendios en la sierra de la Culebra y otros lugares deberían haber impulsado reformas significativas en la gestión forestal. Sin embargo, las mejoras han sido escasas o inexistentes.
Un informe reciente de la Universidad de Salamanca destaca que el 70% de los incendios en Castilla y León podrían haberse evitado con una mejor gestión de los montes y una respuesta más rápida y coordinada.
“La inversión en prevención es mucho más rentable que los costos de recuperación tras un incendio,”
afirma María López, experta en ecología forestal.
El impacto del cambio climático
El cambio climático está exacerbando las condiciones que propician los incendios forestales. Las temperaturas más altas y las sequías prolongadas crean un entorno ideal para que los incendios se propaguen rápidamente. En este contexto, es crucial que las estrategias antiincendios se adapten a estas nuevas realidades climáticas.
La Organización Meteorológica Mundial ha advertido que, si no se toman medidas inmediatas, los incendios forestales podrían aumentar en frecuencia e intensidad en las próximas décadas. Esto subraya la necesidad urgente de renovar los operativos antiincendios y adoptar tecnologías y tácticas más avanzadas.
Conclusiones y próximos pasos
La situación en Castilla y León es un llamado de atención para toda España. La necesidad de un cambio en la gestión forestal es evidente y urgente. Las autoridades deben priorizar la inversión en infraestructuras y personal capacitado para enfrentar los desafíos que presenta el cambio climático.
En el futuro inmediato, se espera que la Junta de Castilla y León revise y actualice su operativo antiincendios, incorporando las mejores prácticas internacionales y asegurando condiciones laborales dignas para los trabajadores del sector. Solo así se podrá garantizar la protección de los montes y las comunidades que dependen de ellos.