MADRID, ESPAÑA – El agotamiento emocional se ha convertido en un desafío significativo para los líderes modernos, quienes enfrentan una presión constante para desempeñarse al más alto nivel. La recuperación emocional ya no es un lujo, sino una necesidad crítica para proteger el bienestar y mantener la capacidad de liderazgo a largo plazo. Tras un periodo desafiante, es esencial implementar prácticas comprobadas que ayuden a procesar las emociones y recargar energías.
La Importancia de Encontrar Sentido
Enfrentar momentos difíciles puede parecer desalentador, pero reflexionar sobre ellos es crucial para avanzar. Ignorar o reprimir las emociones no las hace desaparecer; en cambio, se acumulan y pueden resurgir como estrés o problemas de salud. Tomarse unos minutos después de un día desafiante para preguntarse “¿Qué estoy sintiendo?” o “¿En qué parte del cuerpo lo siento?” puede ser revelador.
Reconocer y aceptar las emociones sin juicio es vital. Las emociones, incluso las desagradables como la frustración o la ansiedad, ofrecen información valiosa sobre nuestros valores y límites. Buscar apoyo social en personas de confianza no solo ayuda a procesar eventos difíciles, sino que también mejora la resiliencia al estrés.
Escribir las respuestas a estas preguntas puede crear un espacio entre uno mismo y las emociones, permitiendo identificar el significado y los próximos pasos con propósito. Alternativamente, compartir la experiencia con un colega de confianza puede ser igualmente beneficioso.
Reencuadrar la Narrativa
Reevaluar experiencias emocionalmente exigentes puede acelerar la recuperación al reducir la angustia y liberar recursos cognitivos. Reencuadrar no significa ignorar la dificultad de una situación, sino cambiar la perspectiva para encontrar un nuevo significado o posibilidad.
Después de un evento difícil, considerar preguntas como “¿Cuáles son los posibles aspectos positivos en esta situación?” o “¿Cuáles podrían ser los beneficios a largo plazo?” puede cambiar la experiencia y proporcionar nueva energía y claridad.
La autocompasión es una herramienta fundamental en este proceso. Tratarse a uno mismo con la misma amabilidad que se trataría a un amigo ayuda a afrontar los desafíos de manera constructiva, en lugar de ser autocrítico.
Reponer las Reservas Emocionales
Continuar sin detenerse a recuperarse después de eventos emocionalmente difíciles puede agotar las reservas emocionales y físicas, llevando al agotamiento. Es crucial participar en experiencias que realmente ayuden a la recuperación.
La investigación destaca cuatro prácticas efectivas: desconexión, relajación, maestría y control. Desconectar implica dar un verdadero descanso a la mente, evitando revisar correos electrónicos fuera del horario laboral. La relajación puede incluir actividades como caminar sin el teléfono o escuchar música relajante. La maestría se refiere a hacer algo que desafíe positivamente, como aprender una nueva habilidad. Finalmente, el control significa proteger espacios de tiempo para decidir qué hacer, incluso si eso significa decir no a compromisos adicionales.
Reflexionar, replantear y restaurar no solo ayudan a reiniciarse en el corto plazo, sino que también fortalecen el “músculo emocional” para enfrentar futuros desafíos con mayor estabilidad. Porque el liderazgo efectivo no solo es necesario hoy, sino que será crucial en el futuro.
Por: Dina Denham Smith, coach ejecutivo de líderes y equipos de empresas globales como Netflix, PwC, Goldman Sachs, y Stripe.