sáb. Jul 26th, 2025

CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO – En los últimos años, el agua con gas ha ganado popularidad como una alternativa saludable a las bebidas azucaradas y al agua común. Sin embargo, su efervescencia y sabor ácido han generado preocupación sobre sus posibles efectos en el esmalte dental. ¿Es realmente perjudicial? La ciencia ofrece respuestas claras.

Según un informe de Women’s Health, el agua con gas sin sabor, consumida con moderación, no representa un riesgo significativo para el esmalte dental. La Asociación Dental Americana respalda esta afirmación, especialmente al comparar el agua con gas simple con sus versiones saborizadas.

El proceso detrás del agua con gas

El agua con gas se produce al añadir dióxido de carbono (CO₂) al agua bajo presión, formando ácido carbónico, responsable de sus burbujas y sabor ácido. Aunque algunas aguas minerales son naturalmente carbonatadas, la mayoría de las marcas comerciales utilizan CO₂ artificial. Este proceso incrementa la acidez, pero no al nivel de las bebidas azucaradas.

La preocupación surge porque el CO₂ también está presente en refrescos azucarados, que son conocidos por dañar el esmalte dental. Sin embargo, el daño mayor en los refrescos proviene de los azúcares, que se convierten en ácidos agresivos en la boca.

El pH y su efecto en los dientes

La acidez de una bebida se mide por su pH. El agua del grifo tiene un pH entre 6,5 y 8,5, mientras que el agua con gas simple ronda entre 4 y 6. Refrescos y aguas saborizadas pueden ser mucho más ácidos, con un pH de 2,5 a 3. El esmalte dental empieza a debilitarse por debajo de un pH de 5,5, lo que hace que los refrescos sean particularmente peligrosos. En contraste, el agua con gas simple, aunque más ácida que el agua sin gas, rara vez es problemática si se consume ocasionalmente.

“El daño causado por el agua con gas sin sabor es mucho menor al de otros productos azucarados o muy ácidos”, señala Women’s Health.

Investigaciones científicas y resultados

Un estudio de la Asociación Dental Americana analizó el efecto de diferentes líquidos en dientes sumergidos por 24 horas, simulando un año de consumo. Los líquidos incluían refrescos sin azúcar, aguas con gas saborizadas, agua con gas simple, agua sin gas con pH bajo, agua sin gas con pH alto y refresco de cola azucarado.

  • Las bebidas saborizadas y refrescos dañaron significativamente el esmalte dental, especialmente con sabores como limón o arándano.
  • El agua con gas simple resultó menos dañina incluso que el agua sin gas con pH bajo.
  • El tipo de ácido es crucial; los sabores añadidos son más difíciles de neutralizar que el ácido carbónico del agua con gas natural.

La recomendación científica principal es preferir agua con gas simple sobre las versiones saborizadas, ya que estas pueden ser casi tan dañinas como los refrescos.

La defensa natural de la saliva

La saliva juega un papel protector crucial al neutralizar los ácidos en lo que consumimos. Con un pH de entre 6,5 y 7,5, la saliva ayuda a prevenir el daño al esmalte dental. Esta defensa es efectiva si el consumo de bebidas ácidas no es excesivo.

Cuando se consume agua con gas simple ocasionalmente, la saliva mantiene el equilibrio y reduce el potencial daño. Sin embargo, con bebidas muy ácidas, como refrescos o aguas saborizadas, esta defensa puede ser insuficiente.

Consejos para proteger el esmalte dental

Para proteger el esmalte dental, expertos y medios como Women’s Health recomiendan:

  • Preferir agua con gas sin sabores añadidos para evitar niveles peligrosos de acidez.
  • Moderar la cantidad y frecuencia de consumo.
  • Mantener una correcta higiene bucal, cepillando los dientes después de consumir bebidas ácidas y usando hilo dental regularmente.
  • Alternar el agua con gas con agua común y otros alimentos.

En conclusión, una dieta balanceada, buenos hábitos de limpieza y un consumo responsable son esenciales para evitar riesgos dentales. El agua con gas simple, consumida con moderación, no debería ser motivo de preocupación significativa para la salud dental.