CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO – En el ámbito del ejercicio físico, el debate entre correr y andar en bicicleta para mejorar la salud cardiovascular es un tema recurrente. Ambas actividades ofrecen beneficios significativos, pero su eficacia puede variar según los objetivos personales y el tipo de entrenamiento. Tres especialistas en acondicionamiento físico, consultadas por Women’s Health, coinciden en que no existe una única respuesta correcta: todo depende de la constancia y las preferencias individuales.
La entrenadora certificada Sydney Smith, de Ideal Physiques en Phoenix, Arizona, señala que correr es una opción altamente conveniente debido a su simplicidad, ya que solo requiere un par de zapatillas. En contraste, el ciclismo, aunque más exigente en términos de equipamiento, es una actividad de bajo impacto, lo que la convierte en una alternativa menos agresiva para las articulaciones.
Beneficios de Fuerza: La Bicicleta Lidera
Cuando el objetivo es aumentar la fuerza muscular, el ciclismo parece tener la ventaja. Esta actividad permite ajustar la resistencia en cada sesión, simulando entrenamientos de fuerza que involucran a los grandes grupos musculares de las piernas, como los cuádriceps y glúteos. Cynthia Barrett, fisioterapeuta y especialista en fuerza con sede en Nueva York, explica:
“La clave es encontrar la disciplina con la que te sientas cómodo y puedas sostener en el tiempo. La constancia es lo que, a largo plazo, determina los resultados”.
Un estudio publicado en el Journal of Experimental Biology respalda esta idea, mostrando cómo el cuerpo se adapta a las variaciones de resistencia en el ciclismo. La entrenadora Olivia Amato, de Peloton, enfatiza que, al ser un ejercicio de bajo impacto, es ideal para quienes se reintegran al entrenamiento tras una lesión.
Pérdida de Peso: Correr se Destaca
Para quienes buscan reducir peso corporal, correr ofrece ventajas considerables. La mayor quema calórica se debe a la activación simultánea de múltiples grupos musculares. Según cálculos del American Council on Exercise, una persona de 59 kilos quema aproximadamente 589 calorías corriendo a 9,6 km/h durante una hora, comparado con unas 235 calorías en una sesión de ciclismo a ritmo moderado.
Una investigación publicada en el International Journal of Research in Exercise Physiology sostiene que correr en cinta es más eficaz para la quema de calorías en hombres con obesidad, en comparación con distintos tipos de bicicletas. Sin embargo, para quienes deben evitar impactos por razones médicas, el ciclismo puede ser una alternativa válida y eficiente.
Salud Cardiovascular: Correr Fortalece Más
En términos de salud cardíaca, correr nuevamente se destaca. Un meta-análisis con más de 2,6 millones de participantes, publicado en Sports Medicine Open, concluyó que correr reduce significativamente el riesgo de eventos cardiovasculares. La mejora del VO2 máximo, que es la cantidad de oxígeno que el cuerpo puede utilizar durante el ejercicio, es uno de los grandes beneficios del running. Cuanto más alto sea este valor, mejor será la capacidad aeróbica y más eficiente se vuelve el organismo.
El ciclismo, aunque no estimula el sistema cardiovascular con la misma intensidad, sigue siendo útil para personas mayores o con limitaciones articulares.
Conclusión: ¿Qué Disciplina Elegir?
Las entrenadoras coinciden en que ambas actividades pueden contribuir al desarrollo de la resistencia, siempre que se practiquen con regularidad y a intensidades adecuadas. Para quienes se inician, lo ideal es comenzar con tres sesiones semanales, aumentando progresivamente tanto la duración como la intensidad.
Para ganar fuerza, se recomienda realizar ciclismo entre tres y cuatro veces por semana, con sesiones de entre 45 y 75 minutos que incluyan trabajo en pendientes y variaciones de resistencia. En el caso de preferir el running, es necesario aumentar la frecuencia y combinar el entrenamiento con trabajos de inclinación o series.
Para perder peso, correr entre tres y cuatro veces por semana durante 20 a 30 minutos, incluyendo al menos una sesión intensa, es el camino más eficiente. El ciclismo también puede ayudar, con sesiones de 30 a 60 minutos, manteniendo una intensidad moderada.
Finalmente, lo esencial es optar por la actividad que se disfrute más. Como señala Smith,
“La clave del éxito es la constancia, y esta solo puede sostenerse si el entrenamiento se convierte en una práctica placentera”.
Tanto correr como andar en bicicleta ofrecen beneficios sobresalientes para la salud física y mental. La decisión final no debería centrarse en cuál es “mejor” en términos absolutos, sino en cuál es más viable para cada estilo de vida. Cualquier camino que lleve a moverse con regularidad, mejorar la condición física y disfrutar del proceso será el más efectivo.