vie. Jul 18th, 2025

BOGOTÁ, COLOMBIA – Un grupo de investigadores ha calificado como una “injusticia científica” la falta de datos necesarios para determinar el papel del cambio climático en las intensas lluvias que azotaron Colombia y Venezuela a finales de junio. Estas lluvias causaron un deslizamiento mortal en Granizal, Medellín, que dejó 27 muertos, y desplazaron a más de 4.700 personas en los estados venezolanos de Mérida, Trujillo y Táchira.

World Weather Attribution (WWA), una organización dedicada a analizar el impacto del cambio climático en eventos extremos, ha señalado que los resultados de su investigación sobre estas precipitaciones son “poco concluyentes”. Según Friederike Otto, profesora del Imperial College de Londres y fundadora de WWA, la complejidad del clima en la región y la falta de “datos de observación a largo plazo” complican la atribución precisa de estos fenómenos al cambio climático.

Desafíos en la atribución del cambio climático

Otto explicó que la lluvia en Colombia y Venezuela está influenciada por múltiples factores, lo que dificulta el análisis. Además, los modelos climáticos globales actuales no son efectivos en los trópicos, ya que fueron diseñados principalmente para el norte global. Para su estudio, el equipo de WWA se centró en dos eventos específicos: las lluvias en la cuenca del río Magdalena en Colombia y en las cuencas de Falcón y Maracaibo en Venezuela, durante los meses de abril a junio.

En Venezuela, las lluvias intensas se asociaron al paso de una onda tropical, mientras que en Medellín, Colombia, se observó un patrón de precipitaciones acumuladas desde febrero. Paola Arias, profesora de la Universidad de Antioquia, señaló que las lluvias en abril y junio superaron el doble del promedio histórico para esos meses, y que la saturación del suelo, junto con una topografía compleja y cambios en el uso del suelo, contribuyeron al deslizamiento.

Implicaciones de los hallazgos

El informe de WWA indica que, en el clima actual, que ya es 1,3 °C más cálido que en la era preindustrial, eventos de lluvia como los de Colombia pueden ocurrir cada diez años, mientras que en Venezuela, precipitaciones intensas de cinco días podrían repetirse cada tres años. Sin embargo, determinar el rol exacto del cambio climático en estos eventos sigue siendo incierto.

“Los datos históricos muestran que ninguno de los eventos fue particularmente raro”, afirma el informe de WWA.

Mariam Zachariah, investigadora asociada del Imperial College de Londres, subrayó que la falta de conclusiones sobre el papel del cambio climático no implica su inexistencia, sino una limitación en la confianza en los modelos actuales. Arias añadió que, aunque no está claro si el cambio climático incrementó las lluvias, es casi seguro que está aumentando el riesgo de olas de calor, sequías e incendios en la región.

Necesidad de más inversión en ciencia climática

La falta de datos y la complejidad del clima en el norte de Sudamérica subrayan la necesidad de que Colombia y Venezuela estén preparados para diversos escenarios climáticos. Las expertas advirtieron que el desplazamiento interno ha llevado a asentamientos informales en áreas vulnerables, como laderas, y que la deforestación ha reducido la capacidad de los ecosistemas para regular las inundaciones.

“Urge más inversión en ciencia climática para entender los riesgos cambiantes y prepararse para lo que viene. Más ciencia salvará vidas”, enfatizó Arias.

Esta afirmación resuena con la opinión consultiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que recientemente destacó el derecho a la ciencia como una prerrogativa fundamental para enfrentar la emergencia climática.

En conclusión, mientras los investigadores continúan buscando respuestas sobre el impacto del cambio climático en eventos extremos, la urgencia de contar con datos más precisos y modelos adaptados a los trópicos es evidente. La inversión en ciencia no solo es crucial para entender el presente, sino también para preparar a las comunidades para un futuro incierto.