sáb. Jul 5th, 2025

ESPAÑA – La reciente adquisición de Superstruct Entertainment por el fondo de inversiones KKR por 1.300 millones de euros ha desencadenado una ola de boicots en el ámbito musical. Docenas de bandas han anunciado su decisión de no actuar en festivales ahora bajo la propiedad de KKR, con el Viña Rock en el centro de la controversia debido a las conexiones del fondo con negocios inmobiliarios en los territorios palestinos ocupados por Israel.

Superstruct Entertainment, que gestiona un amplio número de festivales en España, incluyendo Sónar, Elrow Ibiza, Arenal Sound, y Viña Rock, ha visto cómo su reciente cambio de manos ha suscitado críticas y acciones de protesta por parte de artistas y público. Hasta el momento, solo el festival Sónar ha emitido un comunicado, evitando abordar directamente el tema de los derechos humanos en su declaración.

Reacciones de los artistas

Artistas como Manuka Honey, Juliana Huxtable, y Animistic Beliefs & Jeisson Drenth han sido de los primeros en anunciar su retirada del Sónar. Sin embargo, Viña Rock, el festival de rock más grande de España, es el más afectado, con docenas de bandas que han decidido no volver a participar mientras siga vinculado a KKR.

La banda extremeña Sinkope expresó en sus redes sociales:

«Por humanidad, por coherencia, no volveremos a tocar en el festival Viña Rock ni en ningún festival que esté en manos del fondo pro-Israel KKR».

De manera similar, Sons of Aguirre, una banda de rap-metal, declaró:

«Creemos que huelga decir lo que opinamos al respecto de colaborar con genocidas, cómplices de una limpieza étnica que ha costado la vida a más de 60.000 palestinos».

Impacto en el público y la industria

La reacción no se limita a los artistas. Varias personas que ya habían adquirido entradas para futuras ediciones del Viña Rock han comenzado a solicitar reembolsos a través de las redes sociales, reflejando una creciente preocupación por el trasfondo ético de los eventos a los que asisten.

La Prados, otra artista que ha decidido retirarse, comentó:

«Desde el principio me he posicionado en contra del genocidio… no me siento cómoda promoviendo la venta de entradas al evento».

La banda Reincidentes también se ha sumado al boicot, afirmando que no participarán en festivales vinculados a KKR mientras mantengan relaciones con intereses que apoyen la ocupación de Palestina.

Contexto y análisis

KKR, un gigante en el mundo de las inversiones, organiza alrededor de ochenta festivales a nivel mundial. La controversia actual no es la primera que enfrenta, ya que ha habido críticas previas sobre las condiciones laborales en algunos de sus eventos. Este tipo de boicots resuena con movimientos históricos de resistencia cultural, donde artistas han utilizado su plataforma para protestar contra injusticias percibidas.

Los expertos en la industria musical señalan que este tipo de boicots pueden tener un impacto significativo en la reputación y viabilidad económica de los festivales. La creciente conciencia social entre los consumidores y artistas está obligando a las empresas a reevaluar sus prácticas y asociaciones.

Futuro incierto para Viña Rock

El futuro de Viña Rock y otros festivales bajo la propiedad de KKR es incierto. Sin un comunicado oficial por parte del festival, la crisis reputacional podría tener consecuencias duraderas. Mientras tanto, el boicot se extiende a otros festivales internacionales de KKR, como el Field Day en Londres, que ya ha perdido a varias bandas de su cartel por razones similares.

La situación actual plantea preguntas sobre el papel de los artistas en la defensa de los derechos humanos y la ética en la industria del entretenimiento. A medida que más músicos y consumidores toman una postura, las empresas deberán considerar no solo el beneficio económico, sino también el impacto social de sus inversiones.