mar. Jul 1st, 2025

SEVILLA, ESPAÑA – La decisión del expresidente estadounidense Donald Trump de desmantelar la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ha sacudido los cimientos de la cooperación internacional. Este cambio, anunciado a finales de enero, marca un punto de inflexión en la política exterior de Estados Unidos, que durante décadas ha sido un pilar en la ayuda al desarrollo global.

En el foro World in Progress, celebrado en Madrid y organizado por el Grupo Prisa, Josep Borrell describió la abolición de USAID como “la decisión más dramática” de Trump. Este foro, que reúne a expertos en economía, política y pensamiento, busca abordar el vacío dejado por la retirada estadounidense y establecer un nuevo rumbo para el desarrollo global.

El impacto global de la retirada de USAID

La eliminación de USAID, la mayor agencia de cooperación del mundo, representa un giro radical en la política exterior estadounidense. Durante décadas, tanto demócratas como republicanos han apoyado la ayuda al desarrollo como una herramienta clave para promover la estabilidad y el crecimiento económico en las regiones más pobres del mundo. Sin embargo, la administración Trump ha optado por un enfoque más unilateral, priorizando intereses nacionales sobre compromisos internacionales.

El presidente del Grupo Prisa, Joseph Oughourlian, destacó la complejidad del contexto global actual, donde el unilateralismo está ganando terreno frente al multilateralismo que prevaleció tras la Segunda Guerra Mundial. “Lo multilateral y los valores que guiaban nuestras sociedades no están de moda”, afirmó Oughourlian.

Desafíos y oportunidades en la cooperación internacional

En medio de este panorama, la Cuarta Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo de la ONU, que se celebrará en Sevilla, se presenta como una oportunidad para redefinir la cooperación internacional. Los desafíos son múltiples: desde las guerras en Ucrania y Oriente Próximo hasta la creciente deuda de los países en desarrollo.

José Antonio Ocampo, profesor de la Universidad de Columbia, señaló que aunque el consenso alcanzado en Sevilla es un buen comienzo, aún queda mucho por hacer. “El objetivo de triplicar el crédito de los bancos multilaterales de desarrollo y avanzar en sostenibilidad son pasos en la dirección correcta”, afirmó Ocampo.

“Es sangrante que haya tanto dinero durmiente con los derechos de giro”, criticó Borrell, refiriéndose a los activos de reserva del FMI que podrían utilizarse más eficazmente para el desarrollo.

La nueva dinámica global sin USAID

La retirada de EE. UU. de la cooperación al desarrollo plantea la pregunta de si otras potencias pueden llenar el vacío. Ocampo confía en que es posible, destacando la creciente influencia de China en proyectos de infraestructura en África y América Latina. “Hay nuevos actores y posibilidades interesantes”, afirmó, aunque advirtió que países como India deben asumir un papel más activo.

Borrell, por su parte, subrayó que la retirada de EE. UU. ofrece una oportunidad para que Europa y otras potencias asuman un papel más significativo. Sin embargo, advirtió que China está avanzando rápidamente, convirtiéndose en el principal socio comercial de América Latina y expandiendo su influencia global.

“En Europa, el cargo de comisario de Desarrollo ha desaparecido para centrarse en garantizar materiales críticos y nuevos mercados para nuestras empresas”, señaló Borrell, sugiriendo que Europa debe redefinir su enfoque hacia la cooperación internacional.

El foro World in Progress concluyó con un llamado a la acción urgente. Con la retirada de EE. UU., el futuro de la cooperación internacional depende de la capacidad de otras naciones para asumir un liderazgo activo y promover un desarrollo sostenible y equitativo.