LOS ÁNGELES, EE.UU. — La gira The Eras Tour de Taylor Swift, que concluyó su último concierto el domingo, se ha convertido en un fenómeno no solo por su éxito económico, sino también por las repercusiones legales que ha desencadenado contra Ticketmaster y su empresa matriz, Live Nation. Esta gira no solo ha sido la más taquillera de todos los tiempos, sino que también ha impulsado el turismo global, marcando un hito para millones de fans que viajaron por el mundo y gastaron miles de dólares para asistir.
El impacto más duradero de la gira podría ser el conflicto legal que ha surgido contra Ticketmaster, una de las empresas más criticadas del planeta. El Departamento de Justicia de EE.UU. ha demandado a Live Nation, buscando su disolución, argumentando que ha abusado de su posición dominante en el mercado de conciertos.
El colapso de Ticketmaster y la reacción de los fans
Cuando las entradas para The Eras Tour salieron a la venta en otoño de 2022, los fans de Swift, conocidos como Swifties, estaban listos para la compra. Sin embargo, Ticketmaster no lo estaba. El sitio web colapsó en la primera hora de venta, dejando a los fans en largas filas virtuales, enfrentando bloqueos y desconexiones. Esta situación permitió que estafadores y bots adquirieran entradas para revenderlas a precios exorbitantes, lo que desató la ira de los fans en internet y en el Congreso de EE.UU.
El Senado convocó a los ejecutivos de Live Nation para una audiencia pública. El senador Richard Blumenthal, en un momento, felicitó sarcásticamente al ejecutivo por unir a republicanos y demócratas en una “causa absolutamente unificada”.
La demanda del Departamento de Justicia
En mayo, el Departamento de Justicia presentó una demanda contra Live Nation, acusándola de utilizar su poder para suprimir la competencia, obligar a los fans a pagar más e intimidar a artistas y recintos para usar sus servicios. Live Nation ha calificado estas acusaciones de “infundadas”.
“Es absurdo afirmar que Live Nation y Ticketmaster ejercen un poder monopolístico”, afirma la empresa en su página web.
A pesar de las controversias, las acciones de Live Nation han subido casi un 50% este año, impulsadas por la continua demanda de conciertos y festivales. Sin embargo, la falta de opciones para músicos y fans mantiene a los inversores confiados en su éxito.
El control de Live Nation sobre la música en vivo
Live Nation controla el 80% de la venta primaria de entradas para conciertos en recintos y posee directamente 265 de ellos, incluidos 60 de los 100 principales anfiteatros. Además, también invierte en varias marcas de comida y bebida que se venden en sus locales, como CVT Soft Serve y Owen’s Craft Mixers.
No está claro qué sucederá con la demanda del Departamento de Justicia. Algunos analistas creen que la administración de Joe Biden podría suavizar su enfoque antimonopolio, lo que podría explicar el aumento en el valor de las acciones de Live Nation desde las elecciones.
El futuro de la demanda y el panorama político
El presidente y director financiero de Live Nation, Joe Berchtold, expresó su esperanza de que el enfoque antimonopolio vuelva a ser más tradicional, minimizando la intervención gubernamental. Sin embargo, retirar la demanda podría privar al presidente entrante Donald Trump de una victoria de relaciones públicas fácil, dado el apoyo bipartidista al caso.
Recientemente, Trump nombró a Gail Slater para dirigir la división antimonopolio del Departamento de Justicia. Slater es conocida por ser una ejecutora agresiva, lo que podría desafiar la percepción de que la administración Trump será menos estricta en este ámbito.
Adam Wolfson, abogado antimonopolio, comentó que aunque es posible que el Departamento de Justicia bajo Trump abandone el caso, es bastante improbable. “Hay mucho bipartidismo sobre la frustración con Live Nation-Ticketmaster”, añadió Wolfson.
El desenlace de esta demanda podría redefinir el mercado de la música en vivo y la relación entre los gigantes de la industria y sus consumidores. Mientras tanto, los fans de Taylor Swift y otros artistas continúan esperando un sistema más justo y accesible para disfrutar de sus conciertos favoritos.