MADRID, ESPAÑA – Superstruct Entertainment, el conglomerado de festivales propiedad del fondo estadounidense KKR, ha cerrado la temporada con un récord histórico de asistencia y ventas en sus eventos en España y Europa. Esto ocurre mientras persiste una campaña de boicot liderada por el movimiento BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones).
Este fin de semana, el grupo celebra el Granada Sound con todas las entradas vendidas, y la próxima semana el Brava Madrid, cerrando así un año que demuestra la solidez del negocio a pesar de las controversias. Un portavoz del grupo comentó a elEconomista.es que los festivales han continuado con normalidad, algunos incluso con récord de asistentes.
Contexto de la compra y el boicot
La adquisición de Superstruct por KKR en 2024, valorada en aproximadamente 1.300 millones de euros, provocó protestas de colectivos culturales y políticos que demandan desvincular la música en vivo de fondos con inversiones en Israel. El movimiento BDS acusa a KKR de financiar el genocidio en Gaza a través de sus inversiones en empresas de defensa y asentamientos ilegales en Cisjordania, lo que ha impulsado una campaña de boicot contra los festivales del conglomerado.
Autonomía operativa
Superstruct insiste en que mantiene plena autonomía respecto a su accionista mayoritario, afirmando que “KKR sostiene financieramente a la empresa, pero no participa en la gestión ni en la toma de decisiones creativas o operativas”. La dirección asegura que “no se reparten dividendos” y que los beneficios se reinvierten en los eventos, mejorando las herramientas y profesionalizando su actividad.
Desde su creación en 2017, el grupo ha consolidado un modelo de “casa de marcas” donde las promotoras y los equipos fundadores conservan libertad de gestión. Esto ha permitido que ninguno de los socios originales haya abandonado el proyecto.
Impacto del boicot en taquilla
Desde mayo de 2025, más de 150 artistas han cancelado actuaciones en festivales gestionados por Superstruct. Eventos como el Sónar de Barcelona o el FIB de Benicàssim han sido los más afectados. A pesar de esto, la asistencia global ha superado la de años anteriores. Festivales como Viña Rock o Sónar han crecido en más de 8.000 espectadores respecto a su edición anterior, y en total, Superstruct vendió 3,2 millones de entradas en 2024.
Los promotores consideran las cancelaciones como parte de un entorno de “total normalidad”. “Son libres de objetar. Las devoluciones de entradas han sido residuales”, explican.
Respuestas a la presión del BDS
La presión del BDS ha llevado a algunos festivales a posicionarse públicamente. Sónar incluyó debates sobre el papel de los fondos en la cultura y anunció donaciones a ONGs en Gaza. Otros, como Resurrection o Viña Rock, optaron por comunicados de apoyo genérico.
Un mercado en expansión
Con más de 80 festivales en Europa y Oceanía, España se ha consolidado como el mercado más relevante para Superstruct. Arenal Sound, con más de 300.000 asistentes, es el mayor festival del país. “España era ya una potencia de festivales y ahora es un destino internacional que atrae turismo musical y genera un impacto económico directo”, destacan.
El crecimiento contrasta con la percepción de saturación en el sector, que cuenta con más de 1.000 festivales activos en España. “Muchos eventos han perdido capacidad de llenar, pero los nuestros mantienen arraigo comunitario”, señala un portavoz de la compañía.
Con el cierre de Granada Sound y Brava Madrid, Superstruct concluye una temporada que, a pesar de las polémicas, confirma que la música en directo en España vive su mejor momento en número de asistentes e impacto económico.