lun. Sep 15th, 2025

MONTREAL, CANADÁ – La tensión en el mundo del ciclismo ha alcanzado un nuevo nivel con las protestas que marcaron el Gran Premio de Montreal. Mientras el evento se desarrollaba sin interrupciones, siete personas fueron detenidas por manifestarse contra la participación del equipo Israel Premier Tech. La carrera, parte del prestigioso circuito World Tour, fue ganada por el estadounidense Brandon McNulty, quien recibió el visto bueno de su líder de equipo, Tadej Pogacar, para cruzar la meta en primer lugar.

Las protestas se centraron en la participación del equipo Israel Premier Tech, que compitió en Canadá sin exhibir la bandera israelí, utilizando en su lugar las siglas IPT. Sin embargo, esta medida no calmó a los manifestantes que se oponían a su presencia. Según el ‘Montreal Gazette’, los detenidos pertenecían a grupos locales como Divest for Palestine, Bikers4Palestine y Palestinians and Jews United, quienes argumentaron que el equipo es utilizado para mejorar la imagen de Israel, al que acusan de “genocidio contra los palestinos en Gaza”.

Contexto de las Protestas

La controversia en torno al equipo Israel Premier Tech no es nueva. En el contexto internacional, el uso del deporte como plataforma política ha sido un tema recurrente. Las protestas en Montreal se producen poco después de que una manifestación similar en Madrid interrumpiera la Vuelta a España. En ambos casos, los manifestantes buscan llamar la atención sobre las acciones del gobierno israelí en Gaza.

El portavoz de la policía de Montreal, Manuel Couture, explicó que las detenciones se debieron a obstrucción de la labor policial y agresión a un agente. Además, se registraron incidentes de vandalismo, incluyendo pintadas en el mobiliario urbano. A pesar de las tensiones, la carrera no se vio interrumpida, a diferencia de lo ocurrido en España.

Reacciones y Opiniones

La presencia de Sylvan Adams, propietario del equipo y residente en Montreal durante muchos años, añade una capa adicional de complejidad a la situación. Adams ha sido un defensor del uso del deporte para promover la paz y el entendimiento, pero sus críticos argumentan que esto es un intento de desviar la atención de las políticas de su país.

Expertos en relaciones internacionales señalan que el deporte ha sido históricamente un campo de batalla para cuestiones políticas. “El deporte es una herramienta poderosa para la diplomacia, pero también puede ser un arma de doble filo”, afirma el analista político David Rosenberg. Las manifestaciones en eventos deportivos internacionales reflejan un creciente descontento con las acciones de los gobiernos, y el ciclismo, con su alcance global, no es la excepción.

Implicaciones Futuras

Las protestas en Montreal podrían tener repercusiones en futuros eventos deportivos. Los organizadores de competiciones internacionales podrían enfrentar presiones para reconsiderar la participación de equipos vinculados a gobiernos controvertidos. Además, la comunidad ciclista podría verse obligada a tomar una postura más clara sobre cuestiones políticas.

En el horizonte, el debate sobre el papel del deporte en la política internacional parece estar lejos de resolverse. Mientras tanto, los ciclistas y sus equipos continúan compitiendo, conscientes de que sus carreras pueden ser interrumpidas por fuerzas mucho más grandes que ellos.

El Gran Premio de Montreal concluyó sin más incidentes, pero las tensiones subyacentes sugieren que este no será el último enfrentamiento entre el deporte y la política en el escenario internacional.