CIUDAD DE MÉXICO – Las sanciones a la ayuda exterior están teniendo un impacto devastador en la salud materna e infantil en países de ingresos bajos y medios, según un estudio publicado en The Lancet Global Health. La investigación revela que estas medidas han revertido los avances logrados en la reducción de muertes de madres, niños menores de cinco años y bebés de menos de un año en las últimas décadas.
El estudio, que abarca tres décadas y analiza 67 países, es el primero de su tipo en cuantificar el impacto de las sanciones a la ayuda exterior en la salud humana. “Parte de mi objetivo como académica es explicar, usando herramientas analíticas, el significado de las intervenciones geopolíticas y sus consecuencias”, comenta Ruth M. Gibson, investigadora de la Universidad de Stanford y autora principal del estudio.
Impacto de las sanciones en la salud
Los resultados del estudio son particularmente relevantes en el contexto actual, dado el cambio en la política de ayuda exterior de Estados Unidos y la congelación de fondos de USAID. Aunque Gibson señala que las sanciones y los recortes de ayuda son diferentes, advierte sobre las lecciones que pueden aprenderse sobre las consecuencias de estas decisiones políticas.
El análisis se centra en 88 episodios de sanciones entre 1990 y 2019, mostrando una reducción del 17% en la Ayuda Oficial al Desarrollo destinada a la salud. Esta disminución ha resultado en un aumento del 3,1% en la mortalidad infantil, un 3,6% en la mortalidad de menores de cinco años y un 6,4% en las muertes maternas.
Lecciones del pasado
Gibson, quien vivió en Madagascar tras el golpe de Estado de 2009, observó de primera mano el colapso del sistema de salud tras la retirada de la ayuda internacional. “La ONU advirtió que una generación de niños se vería afectada por estas sanciones. Vi que esto sucedía, y es por eso que realicé este estudio”, explica.
El estudio estima que sanciones prolongadas pueden revertir el 64% de los avances en la reducción de la mortalidad materna y el 29% de las mejoras en la mortalidad infantil de menos de un año. “Empezamos el análisis en 1990 porque fue una ‘época dorada’ de sanciones por parte de las Naciones Unidas”, resume Gibson.
Recomendaciones y futuro
Los autores del estudio recomiendan monitorear los impactos en la salud durante los regímenes de sanciones y considerar la posibilidad de disminuir su duración o intensidad. “La intensidad depende del tiempo que mantienes la medida en vigor o de la cantidad de apoyo que retiras”, explica Gibson.
Además, sugieren evaluar la fragilidad de los países antes de imponer sanciones para mitigar los impactos negativos. Con Estados Unidos y la Unión Europea representando la mayoría de las sanciones, la comunidad internacional enfrenta un dilema sobre cómo equilibrar las sanciones con las necesidades humanitarias.
Mientras el mundo observa los cambios en la política de ayuda exterior, el estudio de Gibson destaca la necesidad urgente de reconsiderar el uso de sanciones como herramienta política, especialmente cuando están en juego vidas humanas.