CIUDAD DE MÉXICO – En un mundo donde el tiempo es un recurso cada vez más escaso, las rutinas de ejercicio cortas están ganando terreno como una estrategia efectiva para mejorar la salud física. Estudios recientes respaldan que entrenamientos breves pueden ofrecer resultados similares o incluso superiores a los obtenidos con sesiones largas y extenuantes.
La revista Women’s Health ha puesto este fenómeno bajo la lupa, destacando tres argumentos clave que alinean sus conclusiones con recomendaciones clínicas y hallazgos científicos recientes. Estos puntos se complementan con estudios de renombradas instituciones como la Mayo Clinic.
Constancia: la clave del éxito
El primer argumento de Women’s Health subraya la importancia de la regularidad y constancia en las sesiones cortas, por encima de la duración o la intensidad extrema. Las rutinas largas a menudo provocan agotamiento físico y dolores persistentes, dificultando la adherencia.
En contraste, los entrenamientos breves y sostenidos en el tiempo fomentan el hábito y reducen el riesgo de abandono, permitiendo mayor consistencia y mejores resultados a largo plazo.
“El dolor puede parecer una medalla de honor, pero es enemigo de la constancia, que es crucial”,
señala el medio.
Este enfoque coincide con la postura de la Mayo Clinic, que recomienda priorizar la frecuencia antes que la duración. Sugiere que quienes no disponen de mucho tiempo pueden distribuir el ejercicio en bloques cortos diarios, sin comprometer los beneficios para la salud.
Enfoque en la calidad del estímulo muscular
El segundo motivo destacado por Women’s Health apunta a la calidad del estímulo muscular. Las rutinas largas, llenas de variantes y repeticiones, pueden llevar al agotamiento y a efectos contraproducentes, como la fatiga prolongada o el sobreentrenamiento.
El medio advierte que muchas personas confunden agotamiento con eficacia. Sin embargo, el progreso real depende de estimular de manera adecuada y controlada los grupos musculares meta.
“La fatiga o el agotamiento suelen confundirse con una estimulación eficaz, pero que algo te queme, te acelere el corazón o te deje cansado no significa necesariamente que estés aplicando los principios de la hipertrofia”.
Investigaciones publicadas en Medicine & Science in Sports & Exercise han demostrado que una sola serie por grupo muscular —llevada al fallo— es suficiente para aumentar la masa muscular y la fuerza, siempre que el volumen total semanal y la frecuencia sean consistentes.
Optimización del tiempo y salud integral
El tercer argumento de Women’s Health destaca que los entrenamientos cortos permiten concentrar la energía en los ejercicios más importantes y evitar la fatiga innecesaria. Un análisis reciente publicado en Frontiers in Sports and Active Living apoya esta idea, al demostrar que tanto los entrenamientos breves como los largos pueden ofrecer resultados equivalentes en fuerza y masa muscular, siempre que se mantenga una intensidad y un volumen semanal adecuados.
Reducir la duración de las sesiones deja más espacio para el descanso, promueve una mejor recuperación muscular y minimiza la aparición de lesiones relacionadas con el sobreentrenamiento. Además, facilita la integración del ejercicio con otras áreas de la vida, como la familia y el trabajo.
La evidencia también señala que ejercicios cortos y vigorosos aumentan la motivación intrínseca y la percepción de autoeficacia, elementos clave para mantener una vida activa y saludable.
En conclusión, la constancia, la estimulación precisa y la concentración del esfuerzo son factores que permiten obtener progresos sólidos, sostener el hábito y proteger la salud física y mental. Los mitos del “más es mejor” pierden fuerza frente a un paradigma sustentado en pruebas objetivas y experiencia clínica.