sáb. Jul 5th, 2025

CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO – La séptima entrega de la icónica saga de dinosaurios, “Jurassic World: Rebirth”, busca revivir la esencia original de la franquicia iniciada por Steven Spielberg en 1993. Bajo la dirección de Gareth Edwards y con un guion de David Koepp, quien escribió el libreto original de “Jurassic Park”, esta nueva película intenta distanciarse de las críticas recibidas por la trilogía anterior, ofreciendo una experiencia más contenida y visualmente auténtica. Sin embargo, a pesar de algunos aciertos, queda la sensación de que el verdadero renacimiento de la saga aún está por llegar.

Desde su secuencia inicial, “Rebirth” presenta un mundo donde la humanidad comienza a olvidar a los dinosaurios, simbolizado por un cartel de T-Rex siendo blanqueado. Este acto no solo representa el argumento de la película, sino también la intención de limpiar el legado de las entregas previas. Se introduce un elenco completamente nuevo, sin personajes recurrentes ni referencias a los Grady o Sattler. A pesar de este cambio, la partitura de John Williams, adaptada por Alexandre Desplat, nos recuerda las raíces de la saga.

Tensión sin horror

Uno de los aspectos más criticados de “Rebirth” es su falta de horror visceral, un elemento que hizo memorable a “Jurassic Park”. Aunque la película ofrece momentos de tensión, especialmente en escenas acuáticas o nocturnas, carece de la ferocidad que caracterizó a sus predecesoras. Las muertes impactantes y el escalofrío provocado por los velociraptores brillan por su ausencia, diluyendo el ADN de la saga en una versión más amigable y apta para el consumo masivo.

Un elenco humano diverso

En el centro de la historia está Zora Bennett, interpretada por Scarlett Johansson, una operativa especial sin miedo ni vínculos emocionales. Le acompañan Duncan Kincaid (Mahershala Ali), un mercenario endurecido por la tragedia, y Henry Loomis (Jonathan Bailey), un paleontólogo idealista. El villano de turno es Martin Krebs (Rupert Friend), un ejecutivo de Big Pharma con planes de recolectar ADN de dinosaurios para salvar vidas humanas y llenar sus bolsillos.

El guion intenta equilibrar estos personajes con la inclusión de la familia Delgado, quienes se convierten en víctimas colaterales de la misión tras un ataque marino. Aunque se busca añadir humanidad y empatía, el desarrollo emocional es desigual. Mahershala Ali destaca, aportando gravedad y carisma incluso en escenas menos inspiradas.

La caza de los gigantes

La trama principal gira en torno a la búsqueda del ADN de tres dinosaurios gigantes: Mosasaurus, Titanosaurus y Quetzalcoatlus. Esta misión proporciona variedad de escenarios y un ritmo episódico que recuerda a una cacería por niveles. La secuencia acuática, con claras reminiscencias a “Jaws”, es de las más logradas, mientras que el encuentro con los Titanosaurus ofrece una pausa contemplativa. La batalla por el huevo de Quetzalcoatlus, sin embargo, resulta menos convincente, con un entorno que parece más un set que una selva.

El monstruo oculto y los efectos visuales

La verdadera amenaza no son los dinosaurios principales, sino un híbrido mutante llamado Distortus Rex, fruto de experimentos anteriores. Su breve aparición es impactante, evocando el temor primario al monstruo que no debería existir. Edwards logra un equilibrio entre espectáculo y suspenso, aunque se desearía haber visto más de esta criatura en pantalla.

Una de las sorpresas más gratas de “Rebirth” es el uso medido del CGI. Edwards opta por una mezcla de efectos prácticos y digitales, devolviendo cierta verosimilitud a los dinosaurios. Muchas escenas fueron filmadas en locaciones reales, lo que contribuye a una estética más orgánica. Cuando el Mosasaurus emerge del océano o un T-Rex cruza el río, el impacto visual es mayor gracias al cuidado detrás de cada plano.

Nostalgia y futuro

La película inserta constantes guiños al pasado, desde un retrovisor roto hasta un cartel derrumbado que lee “When Dinosaurs Ruled the Earth”. Estos detalles, aunque no gratuitos, insisten tanto en la nostalgia que a veces impiden que “Rebirth” construya su propia identidad. La película quiere homenajear sin ofender, pero en ese intento evita arriesgar.

En conclusión, “Jurassic World: Rebirth” cumple como entretenimiento, con una buena factura técnica y escenas que rescatan el espíritu de aventura perdido. Sin embargo, no termina de justificar su existencia más allá de ser una corrección de rumbo. La saga sigue atrapada entre la reverencia al pasado y el miedo al futuro, dejando en el aire la pregunta de si algún día logrará un verdadero renacimiento.