LIMA, PERÚ – Julio es un mes que nos recuerda nuestras raíces, con la bandera ondeando en las calles, la música resonando en las plazas y las mesas rebosantes de comida. Es un tiempo para celebrar lo nuestro, para mirar al país con cariño y orgullo. En estas celebraciones, el pisco nunca falta. Esta bebida emblemática, presente en la mesa familiar y en los brindis de toda una vida, está ganando reconocimiento internacional como nunca antes.
En 2025, el pisco peruano brilló en el San Francisco World Spirits Competition, uno de los concursos de destilados más prestigiosos del mundo, al obtener ocho medallas. Tres de estas fueron Doble Oro, un honor reservado solo para aquellos destilados que reciben calificaciones excepcionales de todos los jueces. Intipalka Italia Mosto Verde y Santiago Queirolo Acholado alcanzaron 98 puntos, la puntuación más alta en sus categorías, mientras que Intipalka Acholado recibió 96 puntos. El resto del portafolio de Viñas Queirolo sumó tres medallas de Oro y dos de Plata.
Este éxito no es un caso aislado, sino el resultado de un largo camino de trabajo serio y compromiso con el origen, la técnica y el sabor. En un país cuya gastronomía ha conquistado el mundo, estos logros marcan una nueva etapa. Si bien los restaurantes peruanos ya figuran en las listas más importantes, el siguiente paso es consolidar nuestra presencia en el universo de la coctelería.
El Auge del Pisco en el Mundo
Actualmente, más de treinta países importan pisco peruano. El 40% de estas exportaciones se dirige a Estados Unidos, seguido de mercados como España, Japón, Alemania y otros destinos de Asia y América Latina. Internamente, el consumo ha crecido de manera sostenida, alcanzando casi los 5.9 millones de litros anuales. Cada vez más peruanos exploran las distintas variedades de uva —Quebranta, Italia, Torontel, Albilla— y aprenden a diferenciar los métodos de producción.
El método del mosto verde, por ejemplo, detiene la fermentación antes de tiempo para conservar los azúcares naturales de la uva, resultando en un pisco más suave, complejo y aromático. En contraste, el mosto completamente fermentado produce piscos más secos y estructurados. Ambos estilos fueron premiados este año, lo que refleja no solo la calidad de la uva, sino también la maestría técnica detrás de su producción.
Un Legado de Tradición y Futuro
Viñas Queirolo, que celebra 145 años de historia, es un ejemplo de cómo el reconocimiento no solo se debe al producto final, sino a una forma de hacer las cosas que respeta el pasado y mira hacia el futuro. Este reconocimiento internacional del pisco no solo destaca la calidad del producto, sino que también abre la puerta a nuevas oportunidades para contarle al mundo quiénes somos desde un lugar auténtico y propio.
“El pisco es cultura líquida. Es un territorio que se destila, una memoria que se embotella”, comentó un experto en destilados, subrayando la importancia cultural de esta bebida.
El Futuro del Pisco y la Coctelería Peruana
La coctelería peruana está en crecimiento, pero aún tiene mucho por ganar. El pisco puede ser su mejor embajador, llevando la riqueza de los sabores peruanos a nuevas alturas. Con los productos, el talento y las historias ya en su lugar, lo que falta es visibilidad, estructura y estrategia para consolidar su presencia en el mercado global.
Este reconocimiento internacional no solo es motivo de orgullo, sino también una oportunidad para que el mundo conozca al Perú desde una nueva perspectiva. El pisco, más que una bebida, es una posibilidad de proyección cultural y económica. Mientras celebramos estos logros, también miramos hacia el futuro con la esperanza de que el pisco continúe siendo un símbolo de victoria y una puerta abierta al mundo.