vie. Jul 18th, 2025

MADRID, ESPAÑA – En un giro inesperado para la comunidad científica, un reciente estudio publicado en la revista Science ha puesto en duda la efectividad de la taurina como un posible elixir de la juventud. Este nuevo trabajo, liderado por el español Rafael de Cabo del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento en Baltimore, desafía las conclusiones de un estudio previo que sugería que la taurina podría ralentizar el envejecimiento.

El estudio de 2023, que había sido conducido por un equipo internacional de científicos, mostraba que los niveles de taurina en sangre disminuyen con la edad y que su suplementación podría mejorar el funcionamiento del sistema inmune, fortalecer los músculos y reducir la obesidad y la depresión. Los resultados en ratones fueron prometedores, mostrando un aumento en la longevidad del 12%, lo que equivaldría a ocho años humanos.

Cuestionando los resultados previos

Sin embargo, el nuevo estudio liderado por De Cabo sugiere que la relación entre la taurina y el envejecimiento no es tan directa. Según los investigadores, la taurina no disminuye necesariamente con la edad en individuos sanos y, en algunos casos, como en mujeres humanas y monos de ambos sexos, sus niveles incluso aumentan. Esto sugiere que no hay una correlación clara entre los niveles de taurina y el envejecimiento.

Además, la variabilidad de la taurina entre individuos es significativamente mayor que la variación observada en un mismo individuo a lo largo de su vida. Los científicos también encontraron que la relación entre la taurina circulante y los marcadores de salud es inconsistente y depende del contexto.

Metodología y análisis

Las diferencias en los resultados de los estudios pueden explicarse, en parte, por las metodologías utilizadas. El estudio de 2023, liderado por Vijay Yadav, se basó en muestras tomadas en un momento específico, comparando instantáneas de individuos jóvenes con mayores. En contraste, el equipo de De Cabo realizó un seguimiento a lo largo del tiempo, tomando muestras repetidas para evaluar cómo las circunstancias afectan los niveles de taurina.

Yadav, ahora en la Universidad Rutgers, ha expresado cautela respecto a la suplementación con taurina en la población general hasta que se disponga de más información. Actualmente, está llevando a cabo un ensayo aleatorizado y controlado con placebo en personas de alrededor de 60 años para explorar más a fondo los efectos de la taurina.

Perspectivas futuras y recomendaciones

Rafael de Cabo advierte que la taurina es un metabolito sensible a diversas condiciones fisiológicas, como la inflamación y el ayuno.

“Es un indicador de un estado fisiológico que hace complicado decidir cómo o por qué dar o no un suplemento”,

explica De Cabo. Yadav añade que, aunque la taurina muestra variabilidad, esto no descarta su potencial como biomarcador, comparándolo con la evolución de los medidores de glucosa.

Luigi Ferrucci, coautor del estudio, destaca que la variabilidad en los marcadores sanguíneos es común y no exclusiva de la taurina.

“Otros metabolitos pueden mostrar variaciones de diez veces arriba o abajo en diferentes horas del día”,

señala Ferrucci.

El camino hacia adelante

A pesar de los resultados contradictorios, el nuevo estudio no descarta completamente la utilidad de la taurina en el envejecimiento, pero subraya la necesidad de más investigaciones para entender mejor quién podría beneficiarse de su suplementación. Ferrucci concluye que, en el estado actual del conocimiento, no hay suplementos que mejoren la longevidad y recomienda una dieta equilibrada como la mejor estrategia para una vida saludable.

El debate sobre la taurina y su papel en el envejecimiento continúa, y los científicos esperan que futuras investigaciones arrojen más luz sobre este complejo tema.