vie. Sep 5th, 2025

CIUDAD – Un moretón puede parecer una simple marca en la piel, pero su proceso de curación implica una serie de etapas biológicas complejas. Según Verywell Health y Cleveland Clinic, la mayoría de los hematomas desaparece en aproximadamente dos semanas, aunque este periodo varía según la edad, el estado de salud y la ubicación de la lesión. Aunque suelen no presentar gravedad, comprender su evolución y reconocer cuándo requieren consulta médica es clave para el cuidado personal.

Un moretón, también conocido como hematoma o contusión, se produce cuando pequeños vasos sanguíneos se rompen bajo la piel tras un golpe, mientras la superficie cutánea permanece intacta. La sangre que se filtra en los tejidos genera una marca visible, rosada o rojiza y sensible al tacto durante las primeras horas. Posteriormente, el color cambia a azul o morado y finalmente a tonos amarillos o verdes, lo que refleja la descomposición y reabsorción de la sangre atrapada.

Etapas de Curación y Tipos de Hematomas

Este cambio cromático indica que el organismo progresa en la curación del hematoma. En la mayoría de los casos, la piel recupera su aspecto normal en un plazo de dos semanas, aunque algunos hematomas profundos o extensos pueden persistir durante meses. Según los especialistas, existen diferentes tipos de hematomas según el tejido lesionado: los intramusculares, que afectan el músculo; los periósticos, localizados en el hueso y considerados los más graves; y los subcutáneos, justo debajo de la piel.

Entre las causas más frecuentes de los hematomas están las caídas, lesiones deportivas, accidentes de tráfico y golpes directos. Desde Cleveland Clinic advierten que ciertos grupos presentan mayor propensión a desarrollar hematomas: personas mayores, quienes utilizan medicamentos anticoagulantes, padecen trastornos de coagulación, enfermedades hepáticas o deficiencia de plaquetas. Estos mismos factores, además, pueden alargar el tiempo que tarda el cuerpo en reabsorber la sangre.

Cuidados y Prevención

La recuperación de un moretón puede facilitarse mediante cuidados básicos. Los especialistas recomiendan aplicar hielo sobre la zona, envuelto en una toalla durante intervalos de hasta quince minutos cada hora, principalmente en las primeras 48 horas, con el objetivo de disminuir la hinchazón y favorecer la cicatrización. Elevar la parte afectada por encima del nivel del corazón evita el acúmulo de sangre.

El reposo es fundamental y, para aliviar el dolor, se puede recurrir a analgésicos de venta libre como el paracetamol, siempre bajo control médico. Es necesario evitar el calor en las primeras 48 horas, no intentar drenar el hematoma y nunca forzar la zona lesionada. Ignorar el dolor o la hinchazón puede agravar la lesión.

Tomar medidas preventivas permite reducir la frecuencia de los moretones. Se recomienda mantener el hogar libre de obstáculos y bien iluminado, utilizar equipo de protección adecuado al practicar deportes —como espinilleras, rodilleras o cascos— y emplear siempre el cinturón de seguridad en los vehículos. Cleveland Clinic sugiere también tener especial precaución al subir escaleras y manipular objetos pesados.

Cuándo Consultar al Médico

Aunque la mayoría de los moretones no requieren atención médica, existen signos de alarma que exigen consulta inmediata: presión extrema, dolor intenso o hematomas extensos, aparición en el ojo, la cabeza o el cuello. También es imprescindible acudir al médico ante hematomas sin causa aparente, signos de infección como fiebre, pus o vetas rojas, persistencia más allá de dos semanas, o empeoramiento del dolor y la hinchazón.

En personas con antecedentes de lesiones frecuentes, el personal sanitario puede sugerir dispositivos personalizados que protejan las zonas más vulnerables y reduzcan el riesgo de nuevas contusiones. La atención médica oportuna no solo ayuda a tratar el hematoma, sino que también puede revelar condiciones subyacentes que requieran intervención.