CUZCO, PERÚ – En un intento por recuperar el turismo a niveles prepandemia, Perú enfrenta desafíos significativos, especialmente en torno a la gestión de boletos para Machu Picchu. La icónica ciudadela inca, que en 2025 celebra 18 años como Patrimonio Mundial, ha sido incluida en una lista de destinos que “ya no valen la pena visitar” por el portal internacional ‘Travel and Tour World’. Esta situación se debe a una serie de decisiones administrativas y problemas logísticos que han afectado la experiencia de los visitantes.
El conflicto actual se remonta a 2022, cuando el Ministerio de Cultura (Mincul) autorizó la venta de 1.000 boletos físicos en Machupicchu Pueblo, lo que representa el 25% de las entradas diarias. Este cambio, establecido bajo la Resolución Directoral N°001102-2022-DDC-CUS/MC, ha generado largas filas y malestar entre los turistas, quienes deben esperar horas para conseguir un boleto.
Decisiones Controversiales y Reacciones
La venta física de boletos no solo ha causado inconvenientes logísticos, sino que también ha fomentado la falsificación de entradas. En respuesta, el Mincul propuso volver a la venta digital completa, pero enfrentó oposición de figuras políticas como Alejandro Soto, quien argumentó que esto podría perjudicar la economía local de Machupicchu Pueblo.
Las tensiones culminaron en protestas en enero de 2024, cuando los residentes locales se manifestaron durante cinco días, resultando en pérdidas económicas significativas y turistas varados. Las protestas surgieron tras la implementación de un sistema digital de venta de boletos gestionado por la empresa Joinnus, que fue criticado por supuestas irregularidades en el proceso de contratación.
Impactos Económicos y Sociales
El conflicto no solo ha afectado el flujo turístico, sino también la economía local. Según Ricardo Acosta, presidente de la Asociación Peruana de Agencias de Viajes y Turismo (Apavit), las protestas causaron pérdidas superiores a S/3 millones. Además, la situación ha impactado negativamente la imagen de Machu Picchu como destino turístico, afectando también a otras regiones del circuito turístico del sur del Perú.
La ministra de Cultura de entonces, Leslie Urteaga, destacó que el problema se agravó por un presunto mercado negro de boletos, con pérdidas anuales estimadas en S/7,5 millones debido a entradas no registradas. Estos problemas han sido atribuidos a operadores turísticos y personal de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco.
Perspectivas Futuras y Soluciones Propuestas
En un intento por mitigar la crisis, el Mincul ha implementado medidas como la eliminación del preticket para reducir las filas. Sin embargo, la solución definitiva parece lejana. Expertos como Juan Stoessel, vicepresidente de la Cámara de Turismo del Cusco, abogan por una transición completa a la venta digital para mejorar la experiencia turística y evitar pérdidas económicas.
Por su parte, el exministro de Comercio Exterior y Turismo, Juan Carlos Mathews, subraya la necesidad de mejorar la comunicación sobre los beneficios de la venta digital y fortalecer los servicios turísticos en la región. Claudia Medina, presidenta de la Asociación Peruana de Operadores de Turismo Receptivo e Interno (Apotur), también apoya la digitalización total para ofrecer predictibilidad a los visitantes.
El Mincul ha anunciado un nuevo estudio de capacidad de carga de la ciudadela para 2026, que priorizará la preservación del sitio arqueológico. Este estudio, a realizarse entre septiembre y febrero, evaluará la posibilidad de ajustar la carga de visitantes y será presentado a la Unesco.
En conclusión, mientras Machu Picchu enfrenta desafíos significativos en la gestión de boletos, las autoridades y actores turísticos buscan soluciones que equilibren la preservación del patrimonio con el desarrollo económico local. La implementación de sistemas más eficientes y transparentes será crucial para restaurar la reputación de este emblemático destino turístico.