LIMA, PERÚ – En un hito sin precedentes, Lady Bee, un bar peruano, ha sido galardonado con el prestigioso Michter’s Art of Hospitality Award. Este reconocimiento, otorgado por The World’s 50 Best Bars, destaca a Lady Bee como un ejemplo mundial de hospitalidad. Ubicado en el vibrante distrito de Barranco, el bar combina coctelería, cocina y arte para ofrecer una experiencia única a sus visitantes.
Alonso Palomino, bartender y cofundador junto a Alejandra León y Gabriela León, expresó su orgullo y responsabilidad tras recibir el premio.
“Fue una sorpresa inmensa, pero también una señal de que estamos en el camino correcto. Lo tomamos con temple y como un impulso para que la coctelería en Lima y en Perú tenga la misma fuerza que nuestra gastronomía”,
explicó Palomino.
De un espacio íntimo a un nuevo escenario en Barranco
Lady Bee abrió sus puertas en 2021, en pleno contexto de pandemia, con solo 18 asientos en un pequeño local en Miraflores.
“Abrimos cuando nada parecía favorable: aforos reducidos, mascarillas, muchas restricciones. Éramos solo cinco personas en el equipo, pero creímos en nuestra propuesta”,
recuerda Alonso. Hoy, el bar ha crecido hasta contar con un espacio renovado en Barranco con capacidad para 38 personas, atrayendo tanto a limeños como a visitantes internacionales.
El crecimiento de Lady Bee ha sido meteórico. En 2023, ingresaron por primera vez a la lista de los 50 Best en el puesto 52, siendo reconocidos como Campari One To Watch. Un año después, alcanzaron el puesto 16 y, en 2025, recibieron este premio especial a la hospitalidad.
La hospitalidad con identidad peruana
Más allá de su coctelería de autor, Lady Bee ha puesto la hospitalidad en el centro de su propuesta. Palomino destaca que desean que cada visitante se sienta como en casa.
“Queremos que cada persona que entra sienta que está llegando a una casa, a una familia, no a un bar más. La hospitalidad se construye desde el servicio, pero también desde cómo cuidamos a nuestro equipo, desde la salud mental hasta la formación y la posibilidad de crecer dentro de la industria”,
explica.
Esta filosofía se refleja en cada detalle del bar, desde la bienvenida hasta la interacción cercana con el cliente. El diseño del espacio, inspirado en la apicultura, utiliza cristalería y objetos elaborados por artesanos locales en cerámica, cobre y madera recuperada.
Una coctelería con historia
La oferta líquida y gastronómica de Lady Bee busca contar historias del Perú a través de sus ingredientes y conceptos. Su carta más reciente, Pollination, es un viaje inspirado en el recorrido de las abejas por distintos ecosistemas: amazónico, andino y costero.
“La coctelería puede ser una herramienta para narrar la diversidad y rendir homenaje a quienes producen los ingredientes que usamos”,
señala Palomino.
El bar trabaja con un equipo interdisciplinario que incluye especialistas en cacao, café y fermentos, así como artesanos y diseñadores.
“Queremos que la experiencia sea multisensorial, que el visitante descubra un pedazo del Perú en cada cóctel”,
agrega Alonso.
El vuelo de Lady Bee
El equipo de Lady Bee no quiere dormirse en los laureles. Palomino asegura que el reconocimiento es apenas un paso más en una búsqueda constante.
“Ser autocríticos nos ha llevado a mejorar siempre. Cada visita a Lady Bee tiene que ofrecer algo nuevo, aunque sea un detalle. Queremos consolidar el bar como un espacio sólido, pero también inspirar a nuevas generaciones de bartenders”,
afirma.
Con apenas cuatro años de historia, Lady Bee se ha convertido en un símbolo de cómo la hospitalidad, la identidad y la innovación pueden situar a la coctelería peruana en el mapa mundial. Como concluye Alonso, en representación de sus compañeras, este reconocimiento no es solo para ellos, sino
“para todos los que creen que la barra también puede ser un escenario de cultura, diversidad y comunidad”.