BARCELONA, ESPAÑA – El sistema universitario español ha mantenido su posición en el prestigioso Academic Ranking of World Universities (ARWU), más conocido como el ranking de Shanghai, que evalúa a las mejores universidades del mundo en términos de producción científica. En la edición publicada hoy, 36 universidades españolas se encuentran entre las 1.000 primeras, con la Universidad de Barcelona (UB) liderando el grupo español, situándose entre las 150 y 200 mejores del mundo.
Este ranking, que analiza la excelencia científica de 2.500 instituciones públicas y privadas, destaca las 1.000 primeras. La clasificación considera aspectos como la cantidad de premios Nobel entre el personal docente y los estudiantes, así como la producción de artículos científicos publicados en revistas de alto impacto. Estos resultados son cruciales para atraer proyectos científicos y captar talento investigador y docente.
Contexto y Desafíos
Hace cuatro años, España contaba con 40 universidades en el ranking, pero la cifra actual se considera positiva dado el contexto de fuerte competencia internacional, especialmente con la creciente presencia de universidades chinas, y la limitada financiación que reciben las instituciones españolas en comparación con sus homólogas internacionales.
Además de la UB, otras universidades españolas destacadas incluyen la Universidad de Valencia, que también se encuentra entre las 300 mejores del mundo. La producción científica española se concentra principalmente en cinco ciudades: Barcelona, Valencia, Madrid, Granada y Bilbao, cuyos campus están entre los 500 mejores del mundo.
El Debate sobre Universidades Públicas y Privadas
Un aspecto notable del ranking es la presencia casi exclusiva de universidades públicas, con la Universidad de Navarra siendo la única privada en la lista, situada entre las posiciones 500-600. Este hecho cobra relevancia en medio del debate sobre la apertura de universidades privadas en España, un tema que la ministra Diana Morant planea abordar en el próximo consejo de ministros.
En Madrid, el debate sobre la financiación de las universidades públicas sigue siendo un tema candente. La presencia de universidades públicas en el ranking subraya la importancia de asegurar una financiación adecuada para mantener y mejorar su competitividad internacional.
Movimientos en el Ranking
En la edición de 2024, aunque el número de universidades españolas en el ranking se mantiene, ha habido cambios significativos. La Universidad de Valladolid ha salido del ranking, mientras que la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ha entrado. Ocho universidades han descendido en sus posiciones, destacando la Universidad Jaume I de Castellón, que ha caído de la franja 600-700 a 900-1000.
Por otro lado, cinco universidades han mejorado su posición. La Universidad de Oviedo ha subido de estar entre las 800 mejores a las 600, y la Universidad de Cantabria ha escalado 200 posiciones, situándose entre las 700 mejores. En Cataluña, las universidades Rovira i Virgili y Politécnica también han mejorado, mientras que las de Girona y Lleida han descendido.
Perspectiva Internacional
A nivel internacional, el dominio de las universidades estadounidenses sigue siendo evidente, con Harvard liderando el ranking por 23 años consecutivos. Sin embargo, las políticas de Donald Trump, que han congelado fondos y vetado a estudiantes e investigadores extranjeros, podrían amenazar esta hegemonía.
China ha mostrado un notable avance, con 15 universidades entre las 100 mejores y 244 en el top 1.000, superando a Estados Unidos en este último grupo. En Europa, la Universidad de París-Saclay lidera en el puesto 34, mientras que Alemania y Francia también destacan con un número significativo de universidades en el top 500.
En el contexto europeo, la mayor producción científica se concentra en países como el Reino Unido, Suiza, Dinamarca, Suecia, Noruega y los Países Bajos, además de Francia y Alemania.
La presencia de universidades españolas en este prestigioso ranking subraya la calidad de la producción científica del país, a pesar de los desafíos financieros y la competencia internacional. El futuro dependerá de la capacidad de estas instituciones para adaptarse y seguir atrayendo talento y recursos en un entorno global cada vez más competitivo.