mié. Ago 6th, 2025

LIMA, PERÚ – La reciente formación de cinco alianzas políticas a partir de solo 11 partidos es un reflejo preocupante de los problemas estructurales que enfrenta la política peruana. En un país con 43 partidos registrados, solo una cuarta parte ha intentado construir consensos, y en la mayoría de los casos, las alianzas se limitan a binomios que ya muestran signos de disputas internas.

Esta situación refleja una angurria por el poder en el escenario político actual. Los partidos y sus líderes parecen más interesados en asegurar posiciones de poder que en desarrollar políticas que beneficien al país. Este enfoque miope reduce la política a una simple lucha por escaños y cargos, en lugar de un esfuerzo colectivo por el bien común.

La fragmentación del poder político

La fragmentación política no es un fenómeno nuevo en Perú, pero la actual dispersión de partidos pone de manifiesto la falta de cohesión y visión a largo plazo. Según los analistas, esta dispersión podría tener un efecto positivo: aquellos partidos que no logren el 5% de los votos en las elecciones congresales desaparecerán del mapa político. Esto podría significar el fin de los partidos que funcionan más como vehículos personales de poder que como verdaderas plataformas políticas.

En palabras de un experto político,

“La eliminación de partidos que no alcanzan el umbral electoral es una oportunidad para limpiar el sistema político de entidades que no contribuyen al desarrollo democrático del país.”

El impacto de la eliminación de las PASO

La eliminación de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) por el Congreso ha facilitado este panorama de dispersión. Sin este filtro, los partidos han encontrado más fácil inscribirse y participar en elecciones, lo que ha llevado a una proliferación de agrupaciones políticas sin una base sólida ni propuestas coherentes.

Este cambio legislativo ha sido criticado por muchos como un paso atrás en la consolidación de un sistema político más ordenado y funcional. El reto ahora es para los votantes, quienes tienen la oportunidad de usar su voto para consolidar el panorama político, eligiendo partidos con propuestas claras y viables.

El financiamiento estatal: un incentivo perverso

Otro factor que complica el panorama es el financiamiento estatal que recibirán los partidos que logren representación congresal. Este sistema de financiamiento, que se extiende por cinco años, es visto por muchos como un incentivo perverso que alienta la creación de partidos sin una verdadera vocación de servicio público.

Un analista político señala que

“El financiamiento estatal es un derroche inadmisible que debería ser revisado por el próximo Congreso. Es necesario repensar cómo se asignan estos recursos para evitar que se conviertan en un botín para partidos sin sustancia.”

En conclusión, el actual panorama político peruano ofrece una oportunidad única para que los votantes tomen decisiones informadas y ayuden a redefinir el futuro político del país. La pregunta que queda es si los ciudadanos podrán concentrar su voto en partidos que realmente representen sus intereses y el bienestar del país.