jue. Sep 18th, 2025

LONDRES, REINO UNIDO – La cinta de correr, un aparato que tuvo sus orígenes en las prisiones de Inglaterra del siglo XIX, ha recorrido un largo camino desde su concepción como un mecanismo de tortura. Hoy, se erige como el equipo de ejercicio más utilizado en Estados Unidos, con 56,8 millones de usuarios en 2024, según datos de la Asociación de la Industria del Deporte y el Fitness (SFIA).

A lo largo de las décadas, las tendencias en el mundo del fitness han cambiado radicalmente. Aparatos y rutinas como el Thighmaster, el hula hula y el Tae Bo han quedado relegados al olvido. Sin embargo, la cinta de correr ha logrado mantenerse relevante, consolidándose como una constante en gimnasios y hogares. En 2025, a pesar de la popularidad de pilates y el entrenamiento de fuerza, la cinta de correr sigue siendo un pilar fundamental del ejercicio.

La cinta de correr: un fenómeno de resistencia

Alex Kerman, director sénior de operaciones comerciales e investigación en la SFIA, explica que “la cinta de correr siempre ha sido uno de los equipos de ejercicio con mayor participación”. De hecho, el informe de la asociación revela que el 18,4% de la población estadounidense de seis años o más utilizó este aparato en 2024, un aumento respecto al 17,2% registrado en 2014.

El perfil de los usuarios de cintas de correr está compuesto mayoritariamente por mujeres y personas de altos ingresos. En 2025, las ventas de estos aparatos generaron cerca de USD 1.100 millones en ingresos, según la consultora IBISWorld, destacando su importancia económica.

Accesibilidad y eficacia: las claves de su éxito

Cedric Bryant, presidente y director ejecutivo del Consejo Americano de Ejercicio, señala que “la cinta de correr perdura porque realmente cumple con los requisitos básicos: accesibilidad, comodidad y eficacia comprobada”. Además, destaca que su principal beneficio es la capacidad de conservar la independencia en el movimiento a medida que las personas envejecen.

La historiadora Natalia Mehlman Petrzela, profesora en The New School y autora de Fit Nation: The Gains and Pains of America’s Exercise Obsession, añade que “la cinta de correr perdura porque correr y trotar son las actividades más habituales”. Este aparato es adecuado tanto para principiantes como para atletas avanzados, ofreciendo beneficios como la mejora de la salud cardiovascular, el aumento de la resistencia y el control del peso.

Innovaciones y tendencias contemporáneas

La cinta de correr ha evolucionado para ofrecer una experiencia de usuario mejorada. Los modelos actuales incluyen pantallas interactivas, televisores y programas personalizados, lo que reduce la monotonía del ejercicio. Además, ofrecen mayor seguridad y estabilidad.

El impacto de las redes sociales ha impulsado entrenamientos como el 12-3-30 (caminar a 4,8 km/h con inclinación del 12% durante 30 minutos) o el cardio de zona 2. Aunque algunos expertos, como Carmine Ciliento, gerente de fitness en una red internacional de gimnasios, cuestionan la racionalidad de estas modas, Bryant opina que “si un influencer o alguna moda logra que la gente se mueva, que así sea”.

La profesora Petrzela señala que las cintas de correr conectadas de alta gama, aunque implican una inversión considerable, permiten aprovechar mejor los entrenamientos, logrando más resultados en menos tiempo. Correr sigue siendo un ejercicio clásico y básico, difícil de superar en eficacia.

Mientras que otras propuestas como Zumba o dispositivos como la elíptica experimentan ciclos de popularidad, la cinta de correr se mantiene firme en la cultura del ejercicio, demostrando que, a pesar de las modas pasajeras, algunos clásicos del fitness son inamovibles.