CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO – En un mundo cada vez más dominado por la tecnología, la advertencia de Dario Amodei, cofundador y consejero delegado de Anthropic, resuena con fuerza: la mitad de los trabajos de oficina podrían desaparecer en los próximos cinco años. Esta declaración, realizada en mayo pasado a Business Insider, no busca provocar pánico, sino alertar sobre una realidad inminente que podría transformar el panorama laboral global.
Amodei, quien dirige una de las startups más valiosas del sector de la inteligencia artificial (IA), no es ajeno a la controversia. Anthropic, fundada en 2021 como una escisión de OpenAI, se ha centrado en desarrollar modelos de IA con principios éticos integrados. El resultado de sus esfuerzos es Claude, un asistente digital que ejemplifica lo que llaman “IA constitucional”, diseñado para ser útil, inofensivo y honesto.
El impacto de la IA en el empleo
A pesar de sus intenciones éticas, Amodei reconoce que la tecnología que ha ayudado a crear podría dejar sin empleo a muchos trabajadores.
“Aproximadamente la mitad de los trabajos de oficina podrían desaparecer en los próximos cinco años”,
afirmó, subrayando la paradoja de una empresa que aboga por la seguridad de la IA mientras su uso masivo amenaza con desestabilizar el mercado laboral.
El debate sobre el impacto de la IA en el empleo no es nuevo. Durante años, expertos han discutido si estas tecnologías actuarán como complementos o sustitutos del trabajo humano. Mientras gobiernos y corporaciones promueven la narrativa de la IA como un copiloto que complementará las tareas humanas, Amodei advierte que el futuro podría implicar un reemplazo silencioso y una optimización radical de procesos.
Paradojas y promesas de la IA
La promesa de la IA es innegable: mayor eficiencia, reducción de errores y la capacidad de manejar tareas complejas a una velocidad sin precedentes. Sin embargo, la otra cara de la moneda es la posible desaparición de millones de empleos, especialmente aquellos que involucran tareas rutinarias y repetitivas.
Históricamente, cada revolución tecnológica ha traído consigo una ola de destrucción de empleos, seguida de la creación de nuevas oportunidades. La revolución industrial, por ejemplo, reemplazó a los trabajadores manuales con máquinas, pero también dio lugar a nuevas industrias y roles. La pregunta que muchos se hacen es si la revolución de la IA seguirá un patrón similar o si su impacto será más disruptivo.
Mirando hacia el futuro
El camino a seguir no está claro. Los gobiernos y las empresas deben prepararse para un futuro donde la IA desempeñe un papel central en la economía. Esto podría implicar la implementación de políticas de reconversión laboral, educación continua y un enfoque en habilidades que las máquinas aún no pueden replicar, como la creatividad y la empatía.
Amodei y otros líderes del sector de la IA insisten en que no podemos permitirnos “caminar dormidos” hacia este futuro. La planificación proactiva y el diálogo abierto serán cruciales para mitigar los impactos negativos y maximizar los beneficios potenciales de la inteligencia artificial.
La advertencia está clara: el tiempo para actuar es ahora. Las decisiones que se tomen hoy definirán el futuro del trabajo y el papel de la IA en nuestras vidas.