lun. Sep 1st, 2025

VALENCIA, ESPAÑA – Isabel Abánades Lázaro, una destacada química española, está revolucionando el campo de las estructuras metal-orgánicas (MOFs) al aplicar defectos controlados para combatir el cáncer y la contaminación del agua. Estas estructuras, conocidas por su capacidad de almacenamiento y captura, están ganando relevancia en diversos desafíos científicos actuales.

Los MOFs, descubiertos en los años 60 como subproductos químicos, fueron considerados inútiles durante décadas. Sin embargo, en los años 90, el profesor Omar Yaghi de la Universidad de California (Berkeley) demostró que estas redes tridimensionales porosas tenían propiedades únicas, comparándolas con un “Lego químico”. Este descubrimiento abrió un nuevo campo en la química reticular, permitiendo el diseño a medida de estos materiales para aplicaciones específicas.

El Camino de Isabel Abánades

Isabel Abánades, nacida en Guadalajara en 1992, se sintió atraída por la química desde joven. Aunque su primera opción fue la Bioquímica, terminó estudiando Química en la Universidad de Alcalá de Henares. Su curiosidad la llevó a realizar un Erasmus en Trinity College, Dublín, y posteriormente a la Universidad de Glasgow, donde se especializó en MOFs para aplicaciones biomédicas.

Durante su doctorado, Abánades se centró en la liberación dirigida de fármacos, incorporando medicamentos durante la síntesis de los MOFs. “Los defectos hacen que el material sea más poroso y reactivo, permitiendo introducir moléculas que interaccionan selectivamente”, explica. Este enfoque innovador le permitió desarrollar un método propio para aumentar la porosidad sin sacrificar las propiedades del material.

Defectos que Suman Valor

El enfoque de Abánades en crear defectos controlados ha sido fundamental para sus investigaciones. Estos defectos no solo aumentan la porosidad, sino que también mejoran la capacidad de los MOFs para capturar contaminantes y gases. Su proyecto Marie Curie sobre química de defectos aplicada a la energía solar ha dirigido sus investigaciones hacia los campos biomédico y medioambiental.

En la Universidad de Valencia, Abánades lidera el Dream Team, un grupo de investigación enfocado en materiales responsivos con ingeniería de defectos. Junto a su equipo, trabaja en escalar y proteger con patentes sus innovaciones. Recientemente, presentaron un proyecto a la Agencia Valenciana de la Innovación para acelerar la transición de prototipos al mercado.

El Futuro de los MOFs

Abánades es consciente de que para que sus soluciones sean adoptadas, deben ser competitivas en precio. “Un filtro que elimine contaminantes sin retirar sales beneficiosas puede ser técnicamente excelente, pero si cuesta 500 euros frente a los 50 de un carbón activo, su adopción será difícil”, comenta. Además, en el ámbito médico, el camino es más complejo debido a las estrictas regulaciones.

La proyección internacional de su línea de investigación es prometedora. Abánades espera que en diez años pueda llevar al mercado un dispositivo para filtrado de agua, ya sea para uso doméstico o en plantas de tratamiento. “Persisten las dificultades para que las mujeres crezcamos profesionalmente del mismo modo que lo hacen los hombres”, reflexiona, destacando también su deseo de que otros laboratorios adopten su metodología sintética.

La labor de Isabel Abánades Lázaro es un ejemplo de cómo la innovación en la química puede tener un impacto significativo en la vida de las personas y en el equilibrio del planeta. Su trabajo con MOFs no solo promete avances en la medicina y el medio ambiente, sino que también inspira a futuras generaciones de científicas a seguir explorando las posibilidades infinitas de la química.