sáb. Sep 6th, 2025

DHAKA, BANGLADESH – Inés Rodríguez, conocida por su estilo único en el programa El Intermedio, ha compartido una anécdota que revela los desafíos que enfrentan las personas con discapacidad en el transporte público. Durante un vuelo reciente en Bangladesh, Rodríguez fue cuestionada por una azafata sobre su estado de sobriedad, a lo que ella respondió con humor que simplemente era coja.

El incidente, aunque resuelto con una mejora inesperada de asiento a clase business, subraya un problema más amplio que Rodríguez ha abordado en sus reportajes: la falta de accesibilidad y comprensión en el transporte público para personas con discapacidades. “Ya de por sí nos cuesta movernos, pero si encima nos ponen trabas para hacerlo de forma un poco más independiente porque muchas veces no podemos ni conducir, todo es un lío”, comentó Rodríguez en conversación con Sandra Sabatés.

Desafíos de accesibilidad en el transporte público

La experiencia de Rodríguez no es aislada. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente el 15% de la población mundial vive con algún tipo de discapacidad, y muchos enfrentan barreras significativas cuando intentan utilizar el transporte público. Estas barreras no solo son físicas, sino también actitudinales, como lo demuestra la interacción de Rodríguez con la azafata.

Expertos en accesibilidad señalan que la falta de formación del personal de transporte es un problema común. “La sensibilización y la formación son clave para mejorar la experiencia de viaje de las personas con discapacidad”, afirma María López, especialista en accesibilidad urbana. “No se trata solo de infraestructura, sino de cómo el personal interactúa con los pasajeros”.

Buenas prácticas y áreas de mejora

A pesar de los desafíos, hay ejemplos de buenas prácticas en todo el mundo. Ciudades como Londres y Nueva York han implementado sistemas de transporte más accesibles, con ascensores, rampas y personal capacitado para asistir a personas con necesidades especiales. Sin embargo, Rodríguez señala que aún queda mucho por hacer: “Queda mucho por hacer”, enfatiza.

En España, iniciativas como la Ley de Accesibilidad Universal buscan mejorar la situación, pero su implementación ha sido desigual. “Es crucial que las políticas públicas se traduzcan en acciones concretas que beneficien a todos los ciudadanos”, añade López.

Mirando hacia el futuro

La anécdota de Inés Rodríguez, aunque contada con humor, es un recordatorio de los desafíos persistentes que enfrentan las personas con discapacidad. La necesidad de un cambio sistémico es clara, y el camino hacia un transporte verdaderamente inclusivo requiere tanto inversión en infraestructura como en formación y sensibilización del personal.

Con el aumento de la conciencia pública sobre estos temas, hay esperanza de que se realicen mejoras significativas en el futuro cercano. Mientras tanto, historias como la de Rodríguez continúan iluminando las áreas donde se necesita más atención y acción.

El próximo paso, según expertos, es la implementación de políticas que no solo aborden las barreras físicas, sino que también promuevan una cultura de inclusión y respeto en todos los niveles del transporte público.