mié. Ago 6th, 2025

CIUDAD/PAÍS – En tiempos de recesión económica, muchas empresas optan por reducir su fuerza laboral como una medida para preservar el efectivo y mantener la flexibilidad operativa ante la incertidumbre macroeconómica. Sin embargo, estos despidos masivos pueden tener consecuencias devastadoras para los trabajadores y causar daños persistentes en el mercado laboral.

Una nueva investigación realizada por Michael Blank, profesor asistente de finanzas en la Escuela de Graduados en Negocios de Stanford, y Omeed Maghzian, asociado postdoctoral en la Iniciativa Sloan del MIT sobre Economía Digital, explora los efectos colaterales de los despidos corporativos durante una recesión. El estudio analiza el impacto a largo plazo en el bienestar económico de los empleados y en los mercados laborales, además de proponer estrategias para que líderes empresariales y responsables de políticas públicas mitiguen estos efectos.

Consecuencias económicas de los despidos

La investigación destaca que, durante una recesión, las empresas tienden a destruir empleos de manera brusca y repentina. Este fenómeno no solo afecta a los trabajadores despedidos, quienes experimentan una disminución del 19% en sus ingresos futuros, sino que también afecta negativamente al mercado laboral en su conjunto. En comparación, los despidos en tiempos normales resultan en una pérdida de ingresos del 11%.

Estas cifras subrayan un panorama preocupante: las empresas intensifican los recortes de empleo justo cuando estos causan el mayor daño a los empleados. A pesar de ello, muchos líderes empresariales consideran que reducir la fuerza laboral es necesario para salvaguardar la salud financiera de sus empresas.

Impacto en el mercado laboral

Los despidos masivos durante una recesión pueden llevar a un mercado laboral saturado de trabajadores desempleados en busca de nuevas oportunidades. Incluso las empresas que están en buena posición financiera pueden enfrentar dificultades para ajustar sus planes de negocio y absorber a estos trabajadores. Como resultado, los desempleados pueden experimentar periodos prolongados de desempleo, lo que debilita sus habilidades y su conexión con el mercado laboral.

Esta situación puede llevar a resultados colectivos ineficientes en el mercado, donde la decisión racional de una empresa de despedir trabajadores se traduce en un daño generalizado para la economía.

Medidas para mitigar el impacto

La investigación sugiere que los efectos agregados de la destrucción de empleos imponen costos sustanciales a los trabajadores y deterioran las condiciones del mercado laboral. Para los responsables de políticas, esto podría motivar intervenciones para estabilizar el empleo durante las recesiones. Históricamente, Europa ha utilizado subsidios laborales para salvar empleos, mientras que Estados Unidos ha comenzado a experimentar con programas similares, como el Paycheck Protection Program durante la pandemia de COVID-19, que ayudó a evitar que millones de trabajadores perdieran sus empleos.

Además, los empleadores pueden considerar alternativas a los despidos, como el aviso anticipado de recortes de personal, que permite a los trabajadores encontrar nuevas oportunidades acordes a sus habilidades. Las empresas en dificultades financieras podrían explorar arreglos laborales alternativos, lo que ayudaría a mantener un mercado laboral dinámico y a mitigar los altos costos financieros para los trabajadores.

Mirando hacia el futuro

La investigación de Blank y Maghzian ofrece una perspectiva valiosa sobre cómo las empresas y los responsables de políticas pueden trabajar juntos para conservar a los trabajadores durante una recesión económica. Al implementar estrategias que estabilicen el empleo y promuevan un mercado laboral más resiliente, es posible reducir el impacto negativo de los despidos masivos y fomentar un entorno económico más saludable a largo plazo.

En conclusión, mientras que los despidos pueden parecer una solución inmediata para las empresas en tiempos de crisis, las consecuencias a largo plazo para los trabajadores y el mercado laboral en general requieren una consideración cuidadosa y la implementación de políticas que apoyen tanto a los empleados como a las empresas.