ALTON, ILLINOIS – Imágenes nunca antes vistas de Robert Wadlow, conocido como el hombre más alto de todos los tiempos, han sido reveladas por primera vez por Guinness World Records. La grabación, realizada en 1933 por un vecino suyo en Alton, Illinois, permaneció almacenada durante décadas en una colección familiar hasta que Bruce Jensen, nieto del autor del video, decidió compartirla públicamente.
En el video se observa al joven Wadlow, de apenas 15 años, compartiendo un momento cercano y espontáneo con una niña de cuatro años llamada Patsy, en un encuentro que coincidió con el cumpleaños de ambos. La grabación muestra a Wadlow interactuando con la niña, publicado por Guinness World Records, y ofrece una visión única de la vida cotidiana de este gigante amable.
Una cámara familiar y un encuentro casual que se volvió histórico
El responsable de la grabación fue el doctor Maurice Williamson, abuelo de Bruce Jensen, un médico local apasionado por la tecnología. Según relató su nieto, el doctor Williamson solía registrar en video distintos momentos de su vida cotidiana desde la década de 1920, utilizando una cámara de cine y un proyector que había adquirido por afición.
De ese hábito surgió la grabación del 22 de febrero de 1933, cuando organizó una visita entre su hija, Patsy, y el adolescente Wadlow, quien ya destacaba por su estatura fuera de lo común. En el video, capturado en blanco y negro, se ve a Wadlow descendiendo cuidadosamente una escalera junto a la pequeña Patsy Jensen. El adolescente, que ya medía más de 2,6 metros, se inclina con gentileza para estrechar la mano de la niña, quien lo observa con evidente curiosidad.
Posteriormente, él la toma en brazos, sonriente, mientras ella parece sentirse cómoda en su presencia. La secuencia continúa con imágenes de Wadlow saludando a Maurice Williamson con un apretón de manos, y compartiendo tiempo con su propia familia, incluyendo una escena en la que sostiene en brazos a su hermano menor.
Wadlow en Alton: una figura conocida y respetada por su comunidad
Robert Wadlow nació el 22 de febrero de 1918 en Alton, Illinois, Estados Unidos. Su crecimiento excepcional fue causado por una hiperplasia de la glándula pituitaria, condición que generó una producción descontrolada de la hormona del crecimiento. A diferencia de otros casos médicos, Wadlow nunca dejó de crecer durante su vida. Cuando se filmó el video, acababa de cumplir 15 años, y su estatura ya superaba ampliamente la de cualquier adulto promedio.
De acuerdo con los testimonios familiares, Wadlow era bien conocido en la comunidad de Alton. La tía abuela de Bruce Jensen, Bernice, fue profesora de arte en la escuela del joven durante tres años. La familia recuerda que Wadlow era una persona amable, educada y muy respetada, que enfrentó su notoriedad pública con dignidad y sin buscar protagonismo.
Bruce Jensen relató que su madre, Patsy, hablaba con frecuencia sobre Robert durante su infancia, no tanto por anécdotas específicas, sino por la impresión positiva que le dejó su personalidad.
“Se nota que [mi mamá] está encantada de estar allí y él [Robert] parece un chico muy dulce, con una gran sonrisa y muy cooperativo porque probablemente le han pedido que haga cosas así muy a menudo”,
comentó.
El trágico desenlace de una vida extraordinaria
A lo largo de su vida, Robert Wadlow fue objeto de numerosos registros médicos y apariciones públicas, ya que su caso llamó la atención tanto de especialistas como de la prensa. Pese a las complicaciones físicas que conllevaba su condición, mantenía una actitud activa y participó en eventos públicos con fines promocionales o benéficos.
Falleció el 15 de julio de 1940, a los 22 años, a causa de una infección séptica provocada por una férula ortopédica mal ajustada. Wadlow, que en ese momento pesaba 199 kilogramos y medía 2,72 metros, fue enterrado en un ataúd especialmente diseñado de 3,28 metros de largo y más de 453 kilogramos de peso. Al menos 16 personas fueron necesarias para cargarlo durante el funeral.
Un legado que perdura
El video recuperado y difundido por Guinness World Records aporta una dimensión humana y cercana a la figura de Wadlow, más allá de los datos médicos o récords oficiales. Las imágenes muestran a un adolescente amable, sonriente y generoso con quienes lo rodeaban. Su corta vida, marcada por una condición física única en la historia, continúa generando admiración tanto por su excepcionalidad como por su actitud frente a ella.
El legado de Robert Wadlow como el “gigante amable” sigue vivo, recordándonos la importancia de la humanidad y la dignidad ante las adversidades. Su historia no solo es un testimonio de su extraordinaria condición, sino también de su carácter y la manera en que tocó las vidas de quienes lo conocieron.