MADRID, ESPAÑA – La computación cuántica ha experimentado avances significativos en los últimos años, con IBM a la vanguardia de estos desarrollos. Sin embargo, estos avances también presentan desafíos considerables, especialmente en el ámbito de la criptografía, que es crucial para proteger nuestras comunicaciones digitales.
La tecnología cuántica, aunque revolucionaria para muchos sectores, plantea un riesgo potencial para los sistemas de criptografía actuales. Los ciberdelincuentes ya están recopilando grandes volúmenes de datos cifrados, anticipando el día en que la tecnología cuántica pueda descifrarlos.
El riesgo cuántico para la criptografía actual
José Carballido, Chief Technology Officer (CTO) para Servicios de Ciberseguridad en IBM Consulting, explica que la criptografía es esencial para proteger información sensible. “La criptografía nos da privacidad, integridad y garantía de la comunicación”, asegura Carballido.
Los ordenadores cuánticos, a diferencia de los clásicos, utilizan qbits que pueden representar múltiples estados simultáneamente, lo que les permite resolver problemas complejos mucho más rápido. Esto representa una amenaza para la criptografía actual, que se basa en problemas matemáticos complejos que los ordenadores clásicos no pueden resolver en un tiempo razonable.
Criptografía postcuántica: la solución emergente
La criptografía postcuántica surge como una solución a estas amenazas. Carballido explica que esta nueva forma de criptografía se basa en problemas matemáticos que ni los ordenadores clásicos ni los cuánticos podrán resolver. “Vamos a complicar más esos problemas para que no sean resolubles”, afirma.
IBM está liderando la investigación en algoritmos de criptografía postcuántica. De los tres algoritmos estandarizados por el NIST, dos han sido codiseñados por IBM en Europa. Además, la empresa está desarrollando herramientas para facilitar la transición a esta nueva criptografía.
El desafío de la transición
La transición hacia la criptografía postcuántica es un proceso complejo que puede durar entre 8 y 12 años para grandes multinacionales. Según Carballido, es crucial que las organizaciones entiendan cómo utilizan la criptografía actual y comiencen a adaptarse a los nuevos algoritmos.
La falta de concienciación y recursos es uno de los mayores desafíos. “Necesitamos capacitación y personal que entienda a qué nos enfrentamos”, enfatiza Carballido. La criptoagilidad, o la capacidad de adaptarse rápidamente a nuevos cambios, es fundamental para minimizar el impacto de futuras transiciones.
El papel de las administraciones públicas
Las administraciones públicas también deben prepararse para esta transición. Estados Unidos ya ha comenzado a establecer directrices para la adopción de protocolos quantum safe en sus procesos gubernamentales. Europa, aunque un poco rezagada, suele seguir el ejemplo estadounidense en estas cuestiones tecnológicas.
Carballido predice que la transformación a quantum safe llegará por dos vías: las organizaciones que comprenden el riesgo y actúan en consecuencia, y aquellas que se verán obligadas a adaptarse por la presión del mercado.
Mirando hacia el futuro
Los expertos sugieren que para 2030 deberíamos comenzar a dejar de usar algoritmos de cifrado clásicos, con un objetivo de transición completa para 2035. Para los individuos, elegir productos que soporten criptografía postcuántica puede acelerar la adopción de estas tecnologías.
IBM continúa liderando el camino en la investigación y desarrollo de soluciones postcuánticas, asegurando que tanto empresas como individuos estén preparados para los desafíos que plantea la computación cuántica.