sáb. Sep 6th, 2025

CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO – El consumo de agua con gas, también conocida como soda, ha visto un incremento significativo en los últimos años. Este auge se debe en gran medida a las personas que buscan alternativas más saludables a los refrescos azucarados y las bebidas artificiales. Sin embargo, este aumento en popularidad ha generado preguntas sobre los límites seguros de su consumo y el papel que puede desempeñar dentro de una dieta equilibrada.

Investigaciones científicas recientes, junto con publicaciones como Women’s Health y recomendaciones de instituciones internacionales como la Escuela de Salud Pública de Harvard, han arrojado luz sobre el consumo aconsejado de agua con gas y sus posibles efectos en la salud.

¿Qué es el agua con gas?

El agua con gas es simplemente agua a la que se le ha añadido dióxido de carbono (CO₂), lo que genera burbujas y una sensación refrescante al beberla. Cuando no contiene azúcares, sabores artificiales ni edulcorantes, se considera una bebida igual de hidratante que el agua natural.

Investigaciones sobre hidratación

Un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition analizó el impacto de diversas bebidas, incluido el agua con gas, en la hidratación de adultos sanos. La investigación introdujo el concepto de “índice de hidratación de bebidas” y midió cómo respondía el organismo tras consumir agua natural, agua con gas, leche, jugos y refrescos.

El agua con gas mostró un índice de hidratación prácticamente idéntico al del agua natural, confirmando que es una alternativa válida para mantener la hidratación diaria en personas sanas.

Los resultados reflejaron que su consumo, en las cantidades habituales y siempre libre de azúcares o edulcorantes, no produce efectos adversos ni diferencias significativas en los niveles de hidratación respecto al agua convencional.

Recomendaciones de expertos

La última guía publicada por la Escuela de Salud Pública de Harvard sostiene que el agua con gas “es tan hidratante como el agua normal y puede ser preferible para quienes disfrutan su sabor o la sensación efervescente”. Además, Harvard señala que, siempre que esté libre de azúcares añadidos y edulcorantes, representa una opción válida que puede ayudar a algunas personas a consumir las cantidades diarias de líquidos recomendadas.

La institución enfatiza que no existe evidencia para establecer un umbral fijo a partir del cual su consumo suponga riesgos en adultos sanos, aunque apunta que las necesidades individuales pueden variar. La evidencia disponible sugiere que un consumo moderado de agua con gas —alrededor de uno o dos vasos al día (entre 200 y 400 mililitros)— resulta seguro y adecuado para la mayoría de los adultos sanos.

Beneficios y precauciones

Esta cantidad permite aprovechar los beneficios de hidratación del agua con gas y promueve una mayor sensación de saciedad, lo que puede ser útil para quienes buscan controlar su ingesta calórica diaria. Además, algunos usuarios experimentan mejor digestión o alivio de la dispepsia leve gracias al efecto efervescente, aunque esto varía de persona a persona.

No obstante, un consumo elevado, especialmente más allá de dos vasos al día, puede dar lugar a molestias digestivas, como hinchazón abdominal o incremento de gases, sobre todo en personas con sistemas digestivos sensibles o con antecedentes de síndrome de intestino irritable, reflujo gastroesofágico o distensión abdominal.

En estos casos, se recomienda reducir la cantidad y observar la respuesta individual al agua con gas. Harvard y otros expertos insisten en que la principal fuente de hidratación siga siendo el agua natural, y que el agua con gas funcione solo como complemento.

Consideraciones sobre el contenido mineral

El contenido mineral de la soda varía según su origen y marca, reflejándose en el etiquetado como “residuo seco”. Algunas aguas presentan altos niveles de sodio, calcio o magnesio, aspecto especialmente relevante para personas con hipertensión arterial, enfermedades renales o tendencia a cálculos, quienes deben optar por variantes bajas en sodio y calcio y consultar ante dudas.

En conclusión, el agua con gas puede ser una opción refrescante y saludable para quienes buscan alternativas al agua natural, siempre que se consuma con moderación y se preste atención a las necesidades individuales y las recomendaciones de salud.