jue. Ago 14th, 2025

WASHINGTON, EE.UU. – En una operación sin precedentes, el Gobierno de Estados Unidos ha incautado activos del presidente venezolano Nicolás Maduro por un valor superior a los 700 millones de dólares, equivalentes a unos 600 millones de euros. La fiscal general, Pamela Bondi, reveló este miércoles que la confiscación incluye dos yates de lujo, varias mansiones —una de ellas en la República Dominicana y otras en Florida—, nueve automóviles de alta gama, joyas y dinero en efectivo.

Bondi, en una entrevista con la cadena Fox, describió a Maduro y su régimen como “la mafia”, afirmando que su “reino de terror continúa”. La fiscal también recordó que recientemente el Gobierno estadounidense elevó a 50 millones de dólares la recompensa por la captura de Maduro, la mayor jamás ofrecida en la historia del país. Para ponerlo en perspectiva, la recompensa por Osama bin Laden era de 25 millones de dólares.

Contexto de las sanciones y acusaciones

Las acciones de Estados Unidos se enmarcan en una serie de sanciones impuestas al régimen de Maduro, acusado de liderar un esquema de narcotráfico conocido como el Cártel de los Soles. Según las autoridades estadounidenses, este cártel ha estado introduciendo cocaína en territorio estadounidense desde Colombia a través de intermediarios.

En un comunicado relacionado, la Casa Blanca anunció la incautación de 30 toneladas de cocaína mezclada con fentanilo, una operación que buscaba cortar las fuentes de financiamiento ilícitas del régimen venezolano. El gobierno de EE.UU. ha reiterado que Venezuela está bajo una dictadura ilegítima y que la oposición ganó legítimamente las últimas elecciones presidenciales.

Reacciones y tensiones diplomáticas

El caso ha generado reacciones mixtas en el ámbito internacional. En 2020, la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez visitó España en un viaje no aclarado, reuniéndose con el entonces ministro José Luis Ábalos, quien actualmente está siendo investigado por corrupción. Este encuentro subrayó las preocupaciones sobre el desvío de bienes ilícitos hacia Europa.

Además, las gestiones diplomáticas han sido complejas. A principios de este año, Ric Grenell, exembajador y enviado especial de Donald Trump, viajó a Caracas para negociar la liberación de estadounidenses presos en Venezuela. Entre ellos se encontraba Dahud Hanid Ortiz, un ciudadano con doble nacionalidad condenado en España por un triple asesinato en Madrid. Estas acciones provocaron tensiones con el senador Marco Rubio, un crítico acérrimo del régimen venezolano.

Implicaciones y el futuro de las relaciones EE.UU.-Venezuela

La operación de incautación y las sanciones continuas reflejan la postura firme de Washington contra el régimen de Maduro. Sin embargo, la petrolera estadounidense Chevron sigue siendo la única autorizada a operar en Venezuela, gracias a una exención de las sanciones destinada a cobrarse deudas del régimen. Esto indica un enfoque pragmático por parte de EE.UU., equilibrando la presión con intereses económicos.

Mirando hacia el futuro, la comunidad internacional observa con atención cómo se desarrollarán las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela. Las sanciones podrían intensificarse si no se observa un cambio significativo en el comportamiento del régimen de Maduro. Mientras tanto, el pueblo venezolano sigue enfrentando una crisis humanitaria y económica de proporciones devastadoras.

La situación en Venezuela sigue siendo un tema candente en la política internacional, y las acciones de Estados Unidos podrían inspirar a otras naciones a tomar medidas similares. Sin embargo, la efectividad de estas sanciones en provocar un cambio real en el liderazgo venezolano sigue siendo incierta.