WASHINGTON D.C., EE.UU. – En una decisión que ha captado la atención nacional, la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, designó al director de la Administración para el Control de Drogas (DEA), Terry Cole, como el nuevo comisario de la Policía de Washington D.C. Este nombramiento se produce tras la orden del presidente Donald Trump de asumir control federal sobre las fuerzas del orden en la capital, argumentando que el crimen está “fuera de control”.
La orden, firmada el jueves, establece que Cole asumirá el cargo de manera “inmediata” y contará con “los poderes y deberes conferidos al jefe de Policía del Distrito de Columbia”. A partir de ahora, el Departamento de Policía Metropolitana deberá recibir la aprobación de Cole antes de emitir cualquier orden.
Contexto de la Intervención Federal
La intervención federal fue anunciada por Trump el lunes, autorizada bajo una cláusula de la Home Rule Act de 1973, que regula la autonomía de Washington. Este operativo incluye la activación de aproximadamente 800 tropas de la Guardia Nacional y el despliegue de agentes de diversas agencias federales como el FBI, DEA y el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), quienes patrullarán las calles en turnos de 24 horas. Además, se han instalado puntos de control en varias zonas de la ciudad.
Ese mismo día, Trump nombró a Cole para liderar el Departamento de Policía Metropolitana, autorizando a las fuerzas policiales a verificar el estatus migratorio de los residentes y colaborar con los agentes federales en operativos de control migratorio. Según Bondi, la situación de seguridad en Washington está “agravada por las políticas de las ciudades santuario y la inmigración ilegal”.
Reacciones y Críticas
El anuncio ha generado críticas, especialmente tras la declaración de Trump de que buscará extender el control federal más allá de los 30 días previstos en la ley, al considerar que “no son suficientes” para “combatir el crimen” en la capital. Esta medida ha sido vista por algunos como una amenaza a la autonomía local y ha abierto el debate sobre el alcance del control federal.
“El crimen está fuera de control en Washington, y vamos a restablecer el orden público”, afirmó Trump en su declaración inicial.
La decisión de otorgar a Cole autoridad plena sobre la Policía Metropolitana implica que cualquier orden, procedimiento o despliegue deberá contar con su aprobación. Fuentes oficiales han indicado que las instrucciones federales tendrán prioridad sobre la estructura policial local mientras dure la intervención.
Perfil de Terry Cole
Terry Cole juró como jefe de la DEA el pasado 24 de julio. Su carrera en la agencia se extendió durante 22 años, con misiones en distintos estados y en el extranjero, incluyendo Colombia, Afganistán, México y Oriente Medio. En 2023, fue nombrado jefe de Seguridad Pública de Virginia por el gobernador de ese estado, antes de ser designado por Trump para dirigir la DEA, cargo que ahora compaginará con la dirección del cuerpo policial de la capital.
Cole ha trabajado en operaciones antidrogas internacionales y nacionales de alto perfil y cuenta con experiencia en coordinación interagencial, lo que, según la Casa Blanca, facilitará su gestión en un escenario de intervención federal.
Implicaciones Futuras
La medida, que combina personal militar y agentes federales en tareas de seguridad interna, marca uno de los despliegues más amplios de control federal en la historia reciente de Washington D.C. y plantea interrogantes sobre el futuro de la autonomía local frente a la intervención del gobierno central. La administración Trump insiste en que el objetivo es “proteger a los residentes y recuperar las calles” en medio de lo que califican como un repunte sostenido de delitos violentos y problemas de orden público.
Con este nombramiento, la cadena de mando en la capital queda alineada bajo la supervisión directa del gobierno federal, con Bondi a cargo de la coordinación general y Cole en la ejecución operativa. La situación en Washington D.C. será observada de cerca por otros estados y ciudades que también enfrentan desafíos de seguridad pública.
La comunidad y los líderes locales ahora esperan ver cómo se desarrollará esta intervención y cuáles serán sus efectos a largo plazo en la dinámica de poder entre el gobierno federal y las autoridades locales.