vie. Jul 4th, 2025

CIUDAD/PAÍS – Una dieta baja en calorías podría estar relacionada con un aumento en los síntomas depresivos, según un estudio reciente publicado en la revista BMJ Nutrition Prevention & Health. Este hallazgo pone de relieve la vulnerabilidad de las personas con sobrepeso a los efectos de una alimentación restrictiva, según los investigadores.

El estudio señala que una dieta saludable, rica en alimentos mínimamente procesados, frutas y verduras frescas, cereales integrales, frutos secos, semillas, proteínas magras y pescado, se asocia generalmente con un menor riesgo de depresión. Por el contrario, una dieta dominada por alimentos ultraprocesados, carbohidratos refinados, grasas saturadas, carnes procesadas y dulces, se asocia con un mayor riesgo de desarrollar síntomas depresivos.

Explorando la relación entre dieta y depresión

Para investigar más a fondo esta relación, los autores del estudio analizaron datos de 28.525 adultos encuestados en la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHANES) de Estados Unidos, abarcando los años 2007-2018. Los participantes completaron el Cuestionario de Salud del Paciente-9 (PHQ-9) para evaluar la gravedad de los síntomas depresivos.

De los encuestados, 2.508 personas (aproximadamente el 8%) reportaron síntomas depresivos. Además, 7.995 participantes (29%) tenían un peso saludable, 9.470 (33%) tenían sobrepeso y 11.060 (38%) eran obesos. Se indagó si los participantes seguían alguna dieta específica, ya sea para perder peso o por otros motivos de salud.

Patrones dietéticos y sus implicaciones

Los patrones dietéticos se clasificaron en cuatro grupos: dietas restrictivas en calorías, dietas restrictivas en nutrientes, patrones dietéticos establecidos (como los adaptados para la diabetes) y sin dieta. La mayoría de los participantes (87%) no seguía ninguna dieta específica, mientras que un 8% seguía una dieta restrictiva en calorías.

Al analizar los datos por sexo, se encontró que una mayor proporción de hombres (90%) que de mujeres (85%) no seguía ninguna dieta. Las personas obesas y con sobrepeso reportaron seguir con mayor frecuencia pautas de restricción calórica.

Impacto de las dietas en la salud mental

Las dietas restrictivas en calorías se asociaron con puntuaciones más altas de síntomas cognitivos-afectivos, mientras que las dietas restrictivas en nutrientes se relacionaron con puntuaciones más altas de síntomas somáticos. Estas diferencias también variaron según el sexo, mostrando que los hombres que seguían dietas restrictivas en nutrientes presentaban puntuaciones más altas de síntomas cognitivos-afectivos en comparación con las mujeres.

Los autores del estudio advierten que, al ser un estudio observacional, no se pueden establecer conclusiones firmes sobre la causalidad. Además, los hallazgos contradicen estudios previos que sugieren que las dietas bajas en calorías mejoran los síntomas depresivos. Esta discrepancia podría deberse a que los estudios anteriores eran ensayos controlados aleatorizados, donde las dietas estaban cuidadosamente diseñadas para asegurar una ingesta equilibrada de nutrientes.

Consideraciones futuras y recomendaciones

El estudio destaca la importancia de considerar los patrones dietéticos en el contexto de la salud mental, sugiriendo que las dietas bajas en nutrientes beneficiosos para la salud cognitiva, como los ácidos grasos omega-3 y la vitamina B12, podrían precipitar síntomas depresivos. Asimismo, se plantea que las deficiencias nutricionales y el estrés fisiológico inducidos por dietas hipocalóricas podrían exacerbar la sintomatología depresiva.

Los investigadores sugieren que la glucosa y el ácido graso omega-3 son cruciales para la salud cerebral, y que las dietas bajas en carbohidratos o grasas podrían empeorar la función cerebral, especialmente en hombres con mayores necesidades nutricionales.

Este estudio se suma a la creciente evidencia que vincula los patrones dietéticos con la salud mental, abriendo nuevas preguntas sobre el impacto de las dietas restrictivas en el bienestar emocional. Los expertos recomiendan un enfoque equilibrado y personalizado en la nutrición, considerando tanto los beneficios como los posibles riesgos asociados con las dietas bajas en calorías.