NUEVO MÉXICO, EE.UU. – Un hallazgo arqueológico en el parque nacional de White Sands ha sacudido la comunidad científica, sugiriendo que los humanos llegaron a Norteamérica mucho antes de lo que las teorías predominantes indicaban. Un equipo de investigadores de la Universidad de Arizona, liderado por el profesor Vance Holliday, ha descubierto huellas humanas que datan de entre 21.000 y 23.000 años atrás, lo que podría cambiar la comprensión actual de la historia de la humanidad en el continente.
Hasta ahora, la teoría más aceptada sostenía que los primeros humanos llegaron a Norteamérica hace aproximadamente 16.000 a 14.000 años, cruzando el estrecho de Bering desde Asia durante la última glaciación. Sin embargo, las huellas encontradas en White Sands, Nuevo México, ofrecen una nueva línea de tiempo que desafía esta narrativa. Este descubrimiento, publicado en la revista Science Advances, sugiere que las culturas humanas podrían haber estado presentes en América del Norte mucho antes de lo que se pensaba.
El contexto del descubrimiento en White Sands
White Sands, una vasta extensión de arena de yeso en el suroeste de Estados Unidos, fue en su día una región de lagos. Con el paso de los siglos, estos cuerpos de agua se secaron, dejando tras de sí un paisaje desértico. Según Holliday, “la erosión eólica destruyó parte de la historia, así que esa parte simplemente desapareció. El resto está enterrado bajo la mayor pila de arena de yeso del mundo”. Este entorno único ha permitido la preservación de las huellas, proporcionando una ventana invaluable al pasado.
Implicaciones para la arqueología y la historia
El descubrimiento de estas huellas plantea preguntas significativas sobre la vida de estos primeros habitantes. Jason Windingstad, también de la Universidad de Arizona, señala que la ausencia de artefactos o asentamientos podría deberse a que “es perfectamente razonable suponer que tendrían cuidado de no dejar atrás ningún recurso en tan poco tiempo. Esta gente vivía de sus artefactos y estaba muy lejos de donde podía conseguir material de reemplazo”.
La falta de herramientas y otros restos materiales ha sido un desafío para los arqueólogos, pero las huellas en sí mismas ofrecen pruebas contundentes de la presencia humana. Este hallazgo podría reconfigurar las teorías sobre la migración y adaptación de los primeros humanos en el continente.
Un cambio de paradigma en la historia humana
Este descubrimiento no solo desafía la cronología establecida de la llegada humana a América, sino que también invita a reconsiderar cómo estas primeras comunidades pudieron haber interactuado con su entorno. La datación de las huellas sugiere que los humanos estaban presentes en el continente durante un periodo climático muy diferente, lo que plantea nuevas preguntas sobre su adaptación y supervivencia.
Los investigadores planean continuar explorando White Sands y otras áreas potencialmente ricas en hallazgos similares. Este trabajo podría ofrecer más evidencia sobre los primeros habitantes de América y ayudar a llenar los vacíos en nuestra comprensión de la prehistoria humana.
Con cada nuevo descubrimiento, la historia de la humanidad se vuelve más compleja y fascinante. Las huellas de White Sands son un recordatorio de que aún queda mucho por aprender sobre nuestros ancestros y su viaje a través del tiempo y el espacio.